La parodia es una forma de comedia que hace mofa de géneros, estilos o historias particulares, convirtiendo situaciones usualmente serias o dramáticas en humorísticas. Una de las vertientes que toma esta misma el el llamado camp, en donde los clichés y situaciones se exageran hasta el nivel de ridículo, pero siempre desde una perspectiva de éxito o grandeza.
Para entender la diferencia, tomemos dos ejemplos: Johnny English y Austin Powers son ambas parodias del género de espías, pero mientras que el primero es una persona tonta, y que comete una serie de errores en su trabajo, en el segundo se trata de un individuo que logra todo lo que se propone, aunque sus habilidades y recursos están mucho más allá de lo que las mismas situaciones permitirían. En el segundo caso, esta exageración acentuada es lo que se denomina camp, y que si bien es muy utilizado como recurso cómico, es poco visto como una obra completa.
Uno de los ejemplos más notables del camp involuntario es todo el cine de luchadores de los sesentas y setentas, en especial las cintas de El Santo, en donde las hazañas del héroe son las más de las veces inverosímiles. Entre las que conscientemente tomaron este recurso, está el film Batman, de 1966, que después se volvería una exitosa serie.