El segundo día del festival de cine fantástico de Madrid ha traido una buena dosis de cine independiente irregularmente distribuido a los largo de las proyecciones. Parece una constante que la organización del festival haya optado por proyectar en primer lugar los títulos con menor alcance. Así, el primer título que iba en la selección de cine3.com, Under The Bed, de Stephen C. Miller resultó en una película fallida, con graves carencias de guión, pero que destila buenas intenciones. Con el problema añadido al de la exhibición en un formato no acorde con las dimensiones de la sala. Under The Bed resulta en una´exploración de los terrores nocturnos que, pese a plantearse con corrección, cae víctima de errores argumentales propios de un guión precipitado que no hace honor los esfuerzos de sus protagonistas de dotarla de contenido. Una apuesta arriesgada, que como (y sucede con cierta frecuencia) se pierde en un entorno que le resulta hostil. Eso sí, como película que explora los terrores infantiles, parece llegar al fondo de los miedos nocturnos que todos hemos sufrido de pequeños, y es lo que hace que la cinta permanezca a flote a pesar de los aspectos negativos que a priori pudiera mostrar.
In the House of Flies de Gabriel Carrer, la segunda película en la selección de hoy, se presentaba como un ejercicio de cine independiente. Ahondando en el mundo de la sociopatía, In the House of Flies se aproxima a la versión más alternativa de Saw con tintes claustrofóbicos que resultaba en un entretenido experimento, a la par que desasosegante. Rodada con una única cámara, la película representa un buen ejemplo de que una película con contenido puede ser plasmada con pocos medios. Sin embargo, carece de la originalidad necesaria para poder culminar correctamente, a la par de que la carencia de presupuesto resulta en fallos de fotografía clamorosos que en cualquier caso pueden ser salvables.
In The House of Flies coincidía en el tiempo con el evento fan más esperado del festival, que no era otro que la presentación del último episodio de Juego de Tronos con la presencia de la bellísima Natalie Dormer que destiló glamour en la alfombra roja eclipsando a otros invitados.
Como invitado era Chad Crawford Kinkle, el director del último título exhibido en el día de hoy. Jug Face, la que a juzgar de este corresponsal parece contar con todas las papeletas con lo visto a día de hoy para llevarse un premio importante. Jug Face, siguiendo en la línea de las películas visionadas a lo largo del día, ofrece una visión independiente del terror cósmico de Lovecraft.
Y es que Jug Face tiene todos los elementos propios de una novela del maestro del terror cósmico actualizado a los tiempo modernos. Nos encontramos a la comunidad rural deprimida del sur profundo de los Estados Unidos, con un místico culto de adoración a un ser de incierta naturaleza que yace en un pozo. Jug Face es un ejercicio de estilo con personajes perversos (magnífica Sean Young como magnífico Larry Fessenden) corrompidos por la esencia del bosque y canalizados por un expléndido Sean Bridgers en un papel que por momentos recuerda al inolvidable Forrest Gun adaptado a un cuento de terror.