El cine independiente y de culto tiene cabida en Sitges 2011

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Corresponsal de homocinefilus en España

La selección de Homocinefilus para el día de ayer dejó de lado el cine de sala y comercial para adentrarse en proyecciones más oscuras que rara vez llegan a las grandes pantallas si no es en ciclos de esta naturaleza, en un entorno que permite descubrir verdaderas joyas a menudo entrelazadas con cintas de dudosa calidad que parecen haber sido puestas para rellenar la parrilla.

A este último grupo pertenece Barbe Bleu una nueva versión del cuento de Charles Perrault que presenta como novedad el hecho de estar contado en tercera persona por una niña y que es dirigido por Catherine Breillat que también presenta en esta edición el también clásico La Belle Endormie. Una historia fiel al cuento original, correcta en la parte técnica, pero floja en su desarrollo que despertó más de un bostezo al respetable pese al esfuerzo de sus intérpretes.

Más intensa en su planteamiento resultó Hara Kiri:Death of a Samurai de Takashi Miike, una emotiva cinta desarrollada en 3D y que parte de una violación del código del samurai para plantear, con cierto halo de denuncia social, la historia de la decadencia de esa casta guerrera en el Japón del siglo XVII y el siempre difícil paso de un cambio de modelo político visto, en esta ocasión, desde una óptica oriental. Interesante planteamiento del controvertido director de la violentísima Ichi The Killer que el año pasado sorprendiera en este mismo festival con Thirteen Assesins y que se fundamenta en una muy buena fotografía que gana con su exposición en tres dimensiones y sobre todo en una soberbia edición musical a cargo de Ryuichi Sakamoto.

Del otro lado del pacífico llegaba también la microproducción Bellflower , ópera prima de Evan Glodell, un drama urbano (género que está siendo particularmente favorecido en el festival tanto por horarios como por salas) y que nos presenta la amistad con tintes nihilistas de dos amigos llegados a la soleada California. Los problemas de adaptación de la generación nacida en los ochenta, el difícil paso a la edad adulta representado por las actitudes contrapuestas ante la vida de los personajes y las contínuas referencias al ciclo de Mad Max como hilo conductor, son tratados con sobriedad en esta cinta que parece tener un cierto halo biográfico.

De Paises Bajos llega Meat, una oscura película, tal vez la más oscura que hayamos visto hasta ahora de los realizadores de impronunciable nombre Maartje Seyferth y Victor Nieuwenhuijs con una cinta donde el protagonista es, como su propio nombre indica, la carne en todas sus acepciones y que narra la truculenta historia de los empleados de una carnicería y su relación con un inspector de policía que debe investigar una serie de sucesos relacionados con esta. Truculenta, y con numerosas referencias a lo que es una tendencia real en el cine fantástico holandés de los últimos años como es la dominación sadomasoquista (veáse The Human Centipede  del también holandés Tom Six ).

El día se completó con el maratón Midnight X-treme que nos presentó dos producciones alejadas en sus pretensiones y su calidad, la noruega Dark Souls de los franceses Cesar Ducasse y Mathieu Peteul, una osada película de zombies petrolíferos con un mensaje medioambiental de fondo y enormes influencias del género B de los años 80, para terminar con Seconds Apart.

Seconds Apart , una producción estadounidense del colombiano Antonio Negret, merece mención aparte. Es difícil entender como un film como este, que reúne todos los ingredientes que debe de tener una película que opte a la sección oficial, es proyectada a las tres de la madrugada y en un único pase. La historia de dos gemelos malvados y con poderes psíquicos que llevan a cabo su proyecto ha resultado ser una grata sorpresa en la jornada.