Este término es un eufemismo muy usado dentro de los medios televisivos o cinematográficos, y básicamente es una persona contratada para reescribir un guión, o pulir ciertos aspectos del mismo. Dependiendo del grado de cambios que se deban de hacer en el original, se le da este crédito, pues en caso de cambios realmente pequeños, se incluye dentro de los agradecimientos, mientras que si es necesario volver a hacer el texto, se le da el crédito de guionista, mientras que el autor pasa a ser "idea original de..." o se le da crédito de co-guionista.
A pesar de ser un puesto muy poco apreciado - ningún guionista aprecia a laguien que hace cambios a su idea original - en algunos casos no son tan mal vistos. Es muy común que se les contrate para "adaptar" un guión a otro perfil, como por ejemplo, cuando algún guión británico es comprado por productoras de Estados Unidos. Por otro lado, algunos consultores creativos no tocan el guión, sino que agregan "escenas extras" que no estaban contempladas en el guión. Es común también que muchos actores o directores escriban sus guines de manera muy burda, dejándoles al consultor creativo el trabajo de darle forma.
Este es uno de los oficios del cine menos conocido, pero más necesario.