El director de John Wick 2 compara la nueva película con Aliens de James Cameron

El cineasta James Gunn (Guardianes de la Galaxia, 2014) comentó después de la salida del director de la segunda parte de Deadpool que le hubiera gustado saber cómo continuaba el magnífico trabajo que hizo con la primera película. Porque lo cierto es que siempre es un atractivo extra cómo alguien que realiza una gran producción puede repetir (o no) el éxito en la siguiente.

Algo parecido es lo que sucede con la segunda parte de John Wick. No cabe duda de que la primera parte es una de las mejores películas de acción de los últimos años, por eso la gran pregunta con el nuevo proyecto es si estará a la altura de su predecesor. Para responder a esta cuestión, está el director Chad Stahelski.

El estudio nos pidió otra entrega, y no teníamos claro qué íbamos a hacer. Dejar de compararnos con la primera parte. Una vez que hemos dejado de preocuparnos, la cosa ha empezado a ser divertida. ¿Va a ser tan buena como la primera? No lo sé. ¿Nos ha salido mejor en algunos aspectos? Sí. ¿Hemos experimentado más con los personajes? Sí, y, en ese sentido, todo es mejor. ¿Te lo pasas mejor viéndola? Creo que te lo vas a pasar bien, pero es diferente.

Continuando con la entrevista, el cineasta compara la nueva película con Aliens. No en la calidad que vaya a tener, porque como dice todavía no está claro, pero sí en cuanto al modelo que han seguido para desarrollar la segunda parte.

Todos los directores que conozco, o no disfrutan haciendo secuelas, o no les gusta hacer secuelas de las películas de otra gente, lo cual es aún peor. Pero hay otros ejemplos, y creo que el mejor es Ridley Scott. Él hizo Alien. Y James Cameron creó Aliens. Cameron es un genio por eso, creo yo, por haber dicho: No voy a hacer la misma película otra vez. Sólo voy a hacer mi película. Si yo me atreviese a compararme con él, estaría encantado.

Lo cierto es que aunque es imposible no comparar un proyecto con otro, como dice el director es importante saber diferenciar ambos, y no obsesionarse con superar una primera parte, sino hacer que la segunda sea muy buena, simplemente como película.