El efecto Oscar Wilde

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Si nos guiáramos simplemente por la lógica, el que una obra artística, ya sea cine, teatro, literatura o cualquier otra, requiere una buena publicidad, y para eso, se espera que la gente hable bien de la misma. Sin embargo, existe una curiosa situación, conocida como el Efecto Oscar Wilde, en donde una mala publicidad puede hacer que tu obra se convierta en un éxito.

El nombre de este efecto viene de un aforismo que el escritor británico Oscar Wilde solía utilizar con frecuencia, y que se convertiría casi en su lema personal. Él decía que Sólo hay una cosa peor a que hablen mal de ti, y es que no hablen, y que se usa para describir esos casos en los que una mala publicidad sirve para impulsar una cinta determinada.

Uno de los primeros casos fue Duelo al Sol, un western estrenado en 1946, que en sus primeras semanas tuvo una respuesta más bien pobre. Sin embargo, tras de que algunos grupos conservadores la acusaran de abordar temas sexuales de manera abierta, y contener un desnudo simulado, hizo que en las semanas siguientes se convirtiera en un éxito de taquilla, e incluso ahora sigue siendo una obra de culto.

El efecto Oscar Wilde puede ser terriblemente positivo, pues puede lograr que verdaderas obras de arte se den a conocer, pero del mismo modo, puede convertir en grandes éxitos a cintas totalmente mediocres. Uno de los ejemplos del primer caso es La Última Tentación de Cristo, cinta de excelente manufactura que, como en muchos casos de cine de arte, estaba condenada a pasar desapercibida, hasta que la Iglesia Católica la acusó de blasfema e irrespetuosa. Si bien no llegó a ser un fenómeno - a duras penas recuperó su inversión inicial - logró colocarse como una cinta de culto, que se mantiene vigente incluso hasta la fecha.

El segundo caso, y sin duda el más sonado, es El Crimen del Padre Amaro, que también fue duramente acusada por la Iglesia Católica como irrespetuosa. Dado que este fenómeno se dio antes de su estreno oficial, e incluso existían hasta prohibiciones expresas de verla por parte de algunas parroquias, provocó que tuviera un arranque fenomenal, convirtiéndose en la más exitosa del 2002.

Si bien no al mismo nivel, tanto La Liga de la Justicia como Infinity War se vieron envueltos en esta situación. De acuerdo a lo que se manejó, uno de los principales impulsos de taquilla de ambas cintas eran las críticas negativas que hacían los fans de la franquicia contraria, de modo que los seguidores de Marvel le dieron un gran impulso a la cinta de DC, y viceversa.

Y una cosa es segura, y es que en estos tiempos políticamente correctos, lo más adecuado para triunfar, es un escándalo.