El hombre lobo es una figura indispensable si de terror clásico en el cine se trata. Es innegable el lugar que le corresponde con todo derecho en la galería de figuras monstruosas, al lado de la Momia, Drácula, Frankenstein y la bestia del pantano.
El mito del licántropo tiene su origen en numerosos relatos primitivos de culturas antiguas, que tienen como hilo conductor evidenciar la delgada línea que existe entre el hombre y la bestia. Incapaz de luchar con su instinto primigenio y salvaje, el hombre lobo cumple una cita con su naturaleza animal cada mes en luna llena, imposibilitado para lograr por sí mismo que tan espantosa maldición lo abandone.
A diferencia de otros monstruos clásicos, el hombre lobo en su versión popular, no se construye a partir de un relato literario (como sucede con Drácula o Frankestein). Es a partir de la reconstrucción de leyendas populares que se recrea el mito que lo relaciona con una maldición siniestra, la luna llena y las balas de plata, y que veremos repetirse en diferentes versiones hasta nuestros días.
En cine, se dice que la primera película donde aparece el hombre lobo es en Werewolf of London en 1935 (de la que se hace una especie de nueva versión de 1981). Sin embargo, la referencia clásica es el muy famoso filme de Universal Estudios, The Wolf Man de1941. La película está protagonizada por uno de los grandes actores del género y figura destacada de la llamada época de oro del cine de horror hollywoodense. Lon Chaney Jr. es el encargado de dar vida a Larry Talbot, un joven que vuelve a su pueblo después de la muerte de su hermano mayor. Durante un paseo, él y una chica del lugar son atacados por un hombre lobo. La maldición se apodera de Talbot quien ahora deberá luchar por revertirla y aprender a domar su nueva naturaleza salvaje.
The Wolf Man permite a Universal obtener grandes ganancias en taquilla, atraídas por la inclusión de Bela Lugosi en elenco. Además, tiene el enorme mérito de construir al hombre lobo cinematográfico de manera tan poderosa, que los elementos de este filme se verán recreados en todas las demás cintas que vendrán después.
Después de Chaney Jr. que es quien da rostro y personalidad al monstruo, muchos otros actores han personificado el mito, pero nunca apartándose del todo del cariz atormentado del maldito, el condenado, el que no puede librarse de tan terrible condición más que ofrendando su propia muerte. A diferencia del vampiro, que algo de consuelo encuentra en su condición inmortal y en la seducción ligada al acto de beber sangre, el hombre lobo sufre el tormento de convertirse en un monstruo que no puede controlar.
Destaca en esta lista Paul Naschy, actor español recientemente fallecido, de quien se dice tiene el récord de haber representado más veces el papel de licántropo en la pantalla grande. Pero también han sido hombres lobo: David Kessler, Jack Nicholson, James Spader, Michael J. Fox en tono de comedia, e incluso Michael Jackson en su famoso vídeo Thriller, que dirige John Landis, después de haber filmado la exitosa “American Wolf in London.”
Pero después de Aullidos (Howling, 1981) dirigida por Joe Dante, Lobo (Wolf,1994) de Mike Nichols, y la especie de secuela Lobo americano en París (An american Wolf in Paris, 1998) dirigida por Anthony Waller, el mito del hombre lobo en el nuevo siglo se vió muy ligado al de los vampiros en cintas como Underworld (2003), Van Helsing (2004) y recientemente, Crepúsculo (2009) donde el hombre lobo, intrepretado por Taylor Lautner, es rival en amores de un vampiro. Es también destacable la figura del licántropo como aliado en Harry Potter y el prisionero de Azkaban (2004).
De este nuevo giro del mito en el nuevo siglo, se separa notablemente La marca de la bestia (Cursed, 2004) dirigida por Wes Craven, que parece rescatar el contenido del mito original ligado a la maldición, que tan desvirtuado parece haber quedado en películas como las ya mencionadas.
Ahora, 2010 parece ser el año del gran retorno, con el estreno de la nueva versión del Hombre Lobo, protagonizada por Benicio del Toro en el papel de Talbot que hiciera inmortal a Chaney, acompañado por un grande del horror contemporáneo Anthony Hopkins, que también estuvo en la relectura de Drácula como el profesor Van Helsing.
De esta nueva versión esperamos no menos que una digna revisión del clásico, actuaciones a la altura del personaje y de las leyendas que los personificaron por primera vez, además de que no sean solamente los efectos especiales los que marquen la diferencia.
Y si bien muchos ahora no recordamos el escalofrío de la primera versión de 1941 - es muy probable que muchos de ustedes ni siquiera la hayan visto- mi generación por lo menos, sí tenía miedo de estar en el metro Viveros de noche después de ver Un hombre lobo americano en Londres. Y nada sería tan maravilloso como volver a conseguir ese efecto en la audiencia, y recobrar el temor de volverse en presa en cualquier momento, ¿no lo creen?