El papel de los stuntmans, o dobles de riesgo, es uno de los más importantes dentro del cine, al grado de que sería imposible filmar muchas de las producciones actuales sin estos profesionales. Pero, como en todo, siempre hay una primera vez, y con esta profesión no fue diferente.
De hecho, los stunts nacieron en 1883, dentro del Buffalo Bill's Wild West, un espectáculo ambulante dirigido por Bufallo Bill, donde reconstruía escenas del Viejo Oeste con varios grupos de actores y acróbatas, que incluían diversas acrobacias. De hecho, esa era realmente la parte más atractiva del espectáculo, al grado que muchos de los clichés actuales del Oeste, no todos completamente ciertos, se derivan de este espectáculo.
Pero el primer doble en actuar en una película cumpliendo específicamente ese papel, fue el ex-soldado de caballería que era conocido en su regimiento por fingir una caída de caballo sin lastimarse. Este jinete fue contratado exclusivamente por esta habilidad, y debutaría en el clásico The Great Train Robbery. De hecho, esa fue la única vez que actuó, pero su breve papel abrió las puertas para este oficio, pues los directores se dieron cuenta de la necesidad de acróbatas profesionales para este tipo de escenas.