El profesional (Léon)

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Leon una particular historia que devela lo intrincadas que pueden ser la relaciones, y cuan complejas pueden llegar a serlo, especialmente las que surgen entre un cruel mercenario y una infantil, alocada y distorsionada infante.

Y no estamos hablando de cualquier película de mafiosos o acción común, y no trato de demeritar a este pujante genero, hoy estamos hablando de una buena historia, tanto que sigue permaneciendo vigente, y más ahora en tiempos ultra violentos dónde los códigos de ética se rigen por el valor de las cosas.

Muy lejos de ser el trillado cliché de los opuestos se atraen y sin meternos en rollos estatutarios, esta historia nos habla sobre como la convivencia diaria con cualquier persona, el realmente conocer a las personas, puede formar lazos innegablemente fuertes, más allá de todo deseo pasional y “polémico” se forman lazos de honor. Ciertamente muchas escenas leídas someramente pueden confundir al espectador con sentimientos de amor, pasión o camaradería, pero si lo piensas bien así es la vida, a veces el enfoque de vista puede fusionar o confundir las emociones humanas. Confundiendo al simple espectador o al solitario protagonista cuya historia de vida le ha dicho, valga la redundancia, el cómo vivir, desconfiando de los demás, mostrando una cara dura, aunque solo sea la cara, resultando extraño como las paradojas de la vida pueden jugar en tu contra o que tanto a tu favor, mostrándote que hay persona totalmente opuestas a ti, siendo más similares de lo que te gustaría aceptar, a encontrar pasión por vivir, en un sentido un tanto rebelde y alocado.

Básicamente esta película llena de acción, con diálogos buenos a pesar de que en ciertos momentos baja el ritmo, cuenta con buenas sacudidas de violencia que dan un realismo casi imperceptible que te sumerge en ella, una historia sublime que convierte los peores sentimientos humanos en lo mejor que puede ser una persona. Es exactamente eso lo me resulta realmente curioso, como una de las peores situaciones puede involucrar a dos personas y sacar lo mejor de ellas: el honor, el valor, el cariño, el compromiso y las ganas de ser el mejor, un trasfondo social increíblemente valioso que merece analizarse.

Y esta película vale la pena verse en una fría tarde de otoño por muchas cosas y no solo por ver las magnificas actuaciones de Jean Reno y Natalie Portman en sus primeros años de actuación, vale la pena verse, solo por ver como se bosquejan las esquinas más agudas de la mente en un sentido casi poético, donde el honor, el orgullo, la venganza y la pasión rendirán culto a un sentimiento más sublime e irreal que solo tiene cabida en el cine y la mente humana, al igual que la irreal existencia de Santa Claus, el amor dará un giro diferente a las cosas.