Si por pura curiosidad se pusieran a investigar las películas que ha dirigido Alan Smithee, se sorprenderían no sólo de la gran cantidad de las mismas, sino de lo variadas que resultan. Sin embargo, si buscan alguna biografía o dato sobre el mismo, no encontrarán nada. Pero aquí no hay ningún misterio, porque simplemente este hombre no existe.
Es común el caso de que un director se vea demasiado presionado por un escritor, productor o actor, de modo que el resultado final de una cinta no es lo que él esperaba. Sin embargo, de acuerdo al Sindicato de Directores de América, el director tiene el derecho - y la obligación - de que su nombre parezca en los créditos, le haya gustado el resultado o no. La solución que se encontró fue crear un seudónimo abierto, que fue Alan Smithee, con el que cualquier director que no se sintiera satisfecho con algún resultado podía poner su nombre. Si bien en el 2000, dejó de ser oficial, y cada director podría usar cualquier seudónimo en ese caso, ha quedado como una especie de tradición, que es usada aún con mucha frecuencia, convirtiendo a Smithee en uno de los creativos más prolíficos del medio.