Elena Anaya habla de "Todos están muertos"

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La actriz Elena Anaya protagoniza el filme Todos están muertos en el que interpreta a Lupe, una estrella del rock de los 80, que junto a su hermano Diego formaba el grupo Groenlandia, con miles de fanáticos por toda España. Actualmente, Lupe se pasa los días en bata y con miedo a salir a calle, viviendo con su madre y con un hijo que la detesta.

Elena Anaya
Elena Anaya

El filme es un drama centrado en los problemas existenciales de una antigua estrella de rock marcada por un suceso trágico que es capaz de superar. Gracias a su hijo, su hermano y la música intentará seguir adelante con una vida que dejó aparcada en los años ochenta.

La actriz habló recientemente acerca del filme.

Es una película de amor y de fantasmas; fantasmas del pasado y fantasmas de presente.

Los fantasmas no son metafóricos. A la cantante retirada y recluida que interpreta Anaya se le aparece la sombra de su hermano, compañero de grupo en los 80, desparecido tras un accidente que inició el trauma de la antigua estrella. Una idea inspirada en una experiencia real de la directora, autora también del guion original.

Elena Anaya 2
Elena Anaya 2

La idea central de la película es enfrentarte a los traumas que te han dejado anclado y no te permiten seguir avanzando y continuar con tu vida. Siendo muy joven falleció mi mejor amigo y fue un trauma tan grande que me marcó profundamente y me hizo ser consciente de la muerte. En la cultura occidental vivimos muy de espaldas a la muerte, yo era muy joven y no estaba preparada para vivirlo así. Desde ese momento he tenido al fantasía de qué pasaría si te pudieras despedir de alguien de quien no pudiste en su momento.

En los 80 era un niña, he querido ubicar la película en los 90 porque allí están realmente mis momentos de nostalgia, los que me han formado como persona, artista y melómana, como el personaje de Pancho. Si tengo nostalgia, la tengo de allí.

De los años 80 nos ha quedado un ejemplo de dignidad, de atreverse a ser valiente, coger un espray y ponerse el pelo de punta, salir a la calle y decir: así también se puede, tenemos derecho a vivir libremente. Y creo que ahora es algo absolutamente necesario. Deberíamos volver a ser felices, atrevernos a que nos dejen en paz y saltarnos un poco las normas. Me parece que la movida fue algo que conmovió a España, que nos convirtió en gente más luminosa, después de tantos años de ostracismo.

Todavía saborea su éxito en el pasado Festival de Cine de Málaga.

Recuerdo la reacción del público: de repente vimos  gente que salía conmocionada y se nos abalanzó gente para agradecernos la película. Deseo absolutamente que se vea. Es una película, muy fresca, muy valiente y muy tierna que se queda en la memoria y, sobre todo, en el corazón.