En serio ¿qué esperamos del Hombre de Acero?

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En unas cuantas horas se estrena en el mundo El Hombre de Acero en medio de una gran expectación. Toda esta coyuntura empieza quizá gracias al desafortunado filme de Bryan Singer que ha sido incluido en el decálogo de lo que todo buen cinéfilo no debe ver. No sé hasta qué punto esto se ha convertido en un tic nervioso tal y como decir que el Guasón de Heath Ledger es el mejor de la historia o que El Padrino III es la oveja negra de la épica de los Corleone. Siendo sincero, las notas de Dany Elfman en los créditos de Superman Returns me trajeron cálidos recuerdos de la niñez en ese verano del 2006. Ese fue el gran error de Singer: su película estaba dirigida a las personas que disfrutaron las gloriosas interpretaciones de Christopher Reeves y Gene Hackman. Lejos de si es mala o buena, ese hombre de acero era muy siglo XX, muy anclado en la sinfonía del amor y la paz.

¿Una película fuera de tiempo? Al menos Superman Returns no tuvo un público al cual dirigirse, en este siglo en que la exploración psicológica y las pretenciosas alegorías de la sociedad han irrumpido en el universo de los superhéroes.

El reinicio de Superman era la nueva gallina de los huevos de oro, pero habría que redirigir el discurso. Ante la delicia de muchos, los encargados de ello serían Zack Snyder y Christopher Nolan. Snyder como cineasta es un gran director de comerciales. Entiende el manejo de la pirotecnia visual pero no cómo es que se debe narrar en el lenguaje cinematográfico. Nolan, con mucho más pericia, también se le pueden adjudicar graves fallas. Cuando se queda sin ideas tiende a arroparse en la ambigüedad y en lo vistoso de los giros de tuerca, como son los casos de El origen o Memento. Sin más, la virtud de estos directores es que le han hablado una generación que no va al cine únicamente a divertirse sino a cumplir una experiencia más intelectual, lo cual no es muy halagüeño. Habremos perdido una buena parte de la magia del cine, si se corre a buscar filosofía en bruto -sí, en bruto- en las pantallas.

¿Qué esperamos de El hombre de acero? ¿Un superhéroe más complejo porque se quitó las pantaletas de encima del traje? ¿Una especie de Jean Valjean enarbolando los Derechos Universales? Yo en lo personal espero oír las notas de Elfman que me evocan los sábados cuando me sentaba frente al televisor con mi familia a ver la saga de Superman. Que hablen de filosofía los filósofos.