Cuando un actor tiene talento, puede hacerlo notar en cualquier tipo de papel, incluso en los peor creados. Recientemente, perdimos al maestro Enrique Rocha, quien no sólo era un histrión de grandes facultades, sino una de las voces más reconocibles de nuestro país. Desafortunadamente, si nos ponemos a revisar las cintas en las que trabajó, realmente no estuvieron al nivel que él pudiera haber podido explotar, aunque si lo vemos en cualquiera de ellas - su interpretación de el Padre Kino en la cinta del mismo nombre - lograba darle un toque magistral.
Enrique Miguel Rocha Ruíz, que era su verdadero nombre, nace el 5 de enero de 1940 en León, Guanajuato, y desde muy joven demostró su inclinación por el trabajo histriónico. Si bien hizo varios pequeños papeles de extras en telenovelas, su debut importante se dio en La Mentira, de 1965. De hecho, a partir de ahí, casi todos sus papeles se dieron en este tipo de produccciones, donde invariablemente interpretaba al villano, tanto por su inconfundible voz, como por su impactante presencia.
Con él, se va una parte importante de la actuación en México, y sólo nos queda pensar que pudiéramos haber visto si se le hubiese permitido dar todo lo que tenía.