Entrevista a Ángel Plana, especialista de cine

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Con una larga trayectoria en la industria audiovisual, Ángel Plana se ha quemado, ahogado, caído, y ha provocado numerosos accidentes de coche en importantes películas ('Volver', 'Salvador', 'Los amantes del Círculo Polar') y series de televisión ('Hospital Central', 'Periodistas', 'Compañeros'). Además, es el fundador de la primera escuela de especialistas del país, con sede en Madrid y Barcelona. FOTOGRAMAS charla un rato con él antes de su partida hacia el festival de la adrenalina.

Esta es la primera vez que España participa en el Festival Mundial de Especialistas Prometheus. ¿Tienes presión para dejar el pabellón bien alto?

No, la verdad es que no. Es una competición mundial pero al mismo tiempo es una competición muy amigable porque se intercambian trucos y experiencias y porque vamos a utilizar un material que aquí en España no existe. Vamos a divertirnos, básicamente.

¿En qué consisten las pruebas?

Tenemos que hacer un cortometraje íntegramente de acción que dure tres minutos con unos materiales que ellos te proporcionan. Se valorará mucho la originalidad, el guión, que cuentes una historia y cómo esté realizado. Si se valorase sólo lo que es el riesgo y la dificultad, necesitarían gente con mucha más experiencia.
También hay una prueba individual donde cada especialista debe competir con la disciplina que más domine. ¿Qué harás tu?
Un accidente de coche [Ríe]. Es lo que a mí más me gusta y lo que mejor me sale. Afortunadamente, en películas y series en las que he participado, como 'Hospital Central', había muchísimos accidentes, casi en todos los capítulos. Y yo los planificaba con mi equipo y los hacía, por lo que ya tengo bastante experiencia.

¿Cuándo decidiste dedicarte a este oficio y por qué?

Fue hace mucho tiempo, cuando tenía 21 años, aunque a mí siempre me han gustado los deportes de riesgo, como el buceo y la escalada. Resulta que en aquella época una productora que había en Torremolinos estaba buscando a alguien que saltara al mar desde una roca para un anuncio. La roca tenía 33 metros de altura. Me localizaron y me pidieron que fuera yo quien saltara, por lo que les dije que antes tenía que ver la roca y la profundidad del mar. Entonces lo comprobé y accedí, tras ver que podría hacerlo. Tardamos un día y medio en rodar el anuncio, un periodo en el que me trataron estupendamente, como si fuera una estrella. También me pagaron muy bien, además de haberlo pasado en grande. Supongo que se juntaron los astros y decidí que esto era a lo que me quería dedicar.
Te formaste en Francia, pero volviste y creaste la primera escuela de especialistas de España.
Claro, me di cuenta que tenía que aprender más para poder seguir trabajando, porque en España la de especialista no era una profesión que existiera como tal. Así que me marché con las tres cosas que tenía: una tabla de windsurf, una moto de trial y una guitarra eléctrica. Allí estuve un año y medio, y a la vuelta empecé a trabajar con los directores vascos que empezaban, como Juanma Bajo Ulloa, Julio Medem o Álex de la Iglesia. Primero estuve solo, pero en las siguientes producciones me decían: “Tráete a cuatro especialistas más”, y como yo no encontraba aquí al perfil de especialistas coches, porque todos los que habían eran caballistas, monté una escuela para tener a mi propio equipo. Ahora tenemos dos sedes: una en Madrid y otra en Barcelona.

¿Dirías, pues, que ahora tenemos una buena cantera de especialistas, aquí?

Yo creo que sí, aunque al principio mucha gente criticó la escuela alegando que no somos un país de cine de acción. Y yo pensaba: “Quizás no lo es porque no hay especialistas...” En el pasado sí que había habido gente que se dedicaba a esto, cuando el cine americano se trasladaba a Almería para rodar sus westerns, aunque encarecían mucho la producción porque no sabían si se tenían que quedar tres, cuatro o cinco. Yo introduje un modelo de facturación distinto, en el que se puede prever lo que se tiene que gastar. También aposté por entrenar a gente joven. Fue entonces cuando series como 'Compañeros', 'Médico de familia', 'El Comisario', etc. empezaron a meter más acción y ayudaron a que la escuela despegara. Ahora hay especialistas en todas las series.

¿Es distinto trabajar para la televisión que para el cine?

No. Es exactamente igual para nosotros. Yo recuerdo que hace tiempo me decían: “Tenemos que hacer un atropello pero no tenemos mucho presupuesto porque es para televisión”. Y yo decía: “Ya, pero es que el atropello es el mismo, y por menos dinero no podemos hacerte un atropello más pequeño...” En televisión es verdad que trabajamos más tranquilamente y no se exige tanto a la hora de planificar los planos o en hacer que el doble tenga un parecido exacto con el actor. Pero en el cine sí que hay quien hace que el especialista se parezca físicamente al actor que dobla, cuando lo único que necesitas es ponerle una peluca y la misma ropa. A veces parece que sólo las películas se consideren obras de arte.

¿Crees que tu oficio aún es demasiado anónimo y desagradecido por parte de la esfera pública?

Sí, pero esto es que nosotros lo asumimos desde el principio. O sea, si tu quieres ser famoso tienes que ir por otras vías. De hecho, hay gente que ahora está pidiendo que nos den un premio, e incluso que se inventen un Goya para nuestra especialidad, pero esto no va a ser posible. Nunca habrá un Goya para los especialistas. Ellos piden que firme, y tal, pero yo sé que esto nunca va a pasar. Tu imagínate, por ponerte un ejemplo, a Eduardo Noriega haciendo una película en la que tiene mucha acción y de repente le dan el Goya por su papel en este film, y a los especialistas que le han doblado, también. Entonces, todo el glamour que pueda haber ahí desaparece. Tampoco hay un Oscar para los especialistas, aunque sí tienen otro premio importante, pero no estamos en el mismo pack.

¿Cuál dirías que es la locura más grande que has hecho como especialista?

Bueno, pues, con los accidentes de coche una de las mayores locuras que he hecho ha sido tirarme con un coche al agua. Lo he hecho tres veces y siempre me ha impresionado de igual manera, aunque últimamente ya me apetecía hacerlo. Pero la primera vez no tenía una idea clara de lo que iba a pasar, ni siquiera sabía cómo se iba a hundir el coche... Porque en las películas ves como el coche cae al agua, luego pasas al plano submarino y ves que el coche se hunde despacio hasta el fondo, pero no es así. Es lo mismo que cuando vuelca el coche, automáticamente no explota ni estalla. Ni cuando vuelcan se incendian.

Así que tuviste un susto...

Sí, porque empezamos a meterle pesos en el maletero y el coche se hundió a plomo en el pantano donde rodamos la secuencia, que era muy oscuro. Y suerte que tenía a unos buzos, aunque sí que fue uno de los sustos más gordos. En un accidente de coche, si no puedes salir de él porque se obstruyen las puertas, te esperas y te sacan. En el agua es distinto, porque allí la prisa sí es importante. Entonces, la segunda vez que lo tuve que hacer, como ya sabía a lo que me enfrentaba lo disfruté mucho más. Lo que pasa es que no puedes decir que no. Porque si dices que no a algo que te proponen porque tienes miedo, es el principio del final.

¿Has sufrido algún accidente de gravedad?

Son muy pocos los accidentes que ocurren, en realidad, porque está todo muy controlado. De hecho, nosotros hemos desarrollado un manual de prevención de riesgos para el especialista de cine donde vienen explicados todos y cada uno de los supuestos casos que te puedes encontrar y cómo actuar para minimizar el riesgo al máximo. Y aún así, ocurren accidentes que no te esperas porque siempre intentamos superar los límites. Por ejemplo, cuando hice el último vuelco de coche iba a 110 km/h, pero es que ahora, en lo que vamos a hacer a Sebastopol, vamos a ir a más velocidad, porque no vas nunca a menos. Si sabes que a 110 no te pasa nada, pues irás a 120, y después aún más deprisa, y así hasta tocar el límite de los materiales y de los sistemas. Un especialista que se prende fuego puede aguantar 45 segundos, pero después dice: “Vamos a aguantar un minuto, o un minuto y medio...” Este rebaso de los límites es lo que provoca los accidentes.

¿Hay una edad de jubilación?

Hombre, para hacer las cosas complicadas y tal sí, porque yo ahora puedo hacerte accidentes de coche, pero no me tiraría rodando unas escaleras abajo porque el día siguiente no me podría mover. Se lo dejaría para los chavales jóvenes. Es como los futbolistas. A los 35-40 años sus carreras empiezan a decaer, pero después pueden seguir en otros medios. Yo puedo seguir en este mundo planificando organizando, coordinando y conduciendo. Cosas que piden habilidad y experiencia, pero en las que ya no estás tan expuesto físicamente.

¿Es distinto ser el doble de una estrella que de un personaje anónimo?

Bueno, no tanto, porque siempre le puedes sustituir. Puedes tener un doble oficial en una película y esto te facilita mucho porque ya tienes sus tallas, puedes tener el pelo cortado o teñido como el personaje principal y saber qué maquillaje tiene que llevar. Estas cosas dan velocidad en el rodaje. En las producciones grandes no buscas un doble que le quepa la ropa del actor, sino que le haces la ropa también al especialista. Pero si este especialista tuviera un accidente, se buscaría a otro sin demorar ni un segundo la producción de la película.

Ahora que estamos en tiempos de muchos efectos especiales, ¿ves peligrar tu oficio?

La posproducción y el croma no van a acabar con los especialistas, al contrario. Las películas que tienen más efectos especiales son también las que cuentan con más especialistas. Siempre necesitas una referencia física. La diferencia es que en 'Titanic', por ejemplo, los especialistas se tiran en frente de un fondo verde y no en alta mar, pero están ahí igualmente. Y a lo mejor no estás cayendo de 60 metros, sino de 15, pero siempre tiene que haber un especialista para hacerlo, al igual que los videojuegos están basados en movimientos reales que hacen los especialistas.

Me imagino que tendrás un puñado de anécdotas que contar...

Bueno, las anécdotas siempre ocurren con respecto al vestuario. Recuerdo una vez que estaban muy preocupados porque yo tenía el pelo mucho más largo que el actor. Yo les decía que no se preocuparan porque no se iba a notar en la acción, ya que iba a estar dentro de un coche. Y ellos se empeñaban en que me tenían que cortar el pelo. Y finalmente lo consiguieron, pero cuando llegué al rodaje, me metí dentro del coche y me puse el casco, ¿sabes?
Hay muchas anécdotas con el vestuario, pero también con los actores, imagino...
Bueno, hay muchos actores que no reconocen que los han doblado y si tú miras la película tampoco lo notas. Eso demuestra que hemos hecho bien nuestro trabajo. Y nosotros nunca vamos a salir allí diciendo que los hemos doblado.

Pero sí que hay actores que afirman que no tienen dobles...

Sí, por ejemplo Tom Cruise. Pero la verdad es que sí los doblan. La productora no puede asumir el riesgo de que un actor principal paralice una película tan cara. Puede que ellos sí hagan muchas de las escenas, pero acciones como saltar desde un edificio o de un coche no son ellos. Tú lo puedes ver escalando porque esto lo hace muy bien, pero hay muchos trucos para que él no haga fuerza con la cuerda o puedes usar planos en los que se les ve de tan lejos que no los reconoces. Además, nosotros muchas veces rodamos con una segunda unidad.