Fallece el director Alain Resnais

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El director de cine Alain Resnais, uno de los ilustres de la "Nouvelle vague" y autor de películas fundamentales de la historia del cine, como "Nuit et brouillard", "Mon oncle d'Amérique" o "Hiroshima mon amour", falleció en la noche del sábado en París, rodeado de sus familiares, con lo que Francia perdió "a uno de sus cineastas más grandes", según las palabras del presidente, François Hollande, al conocer su deceso.

Alain Resnais
Alain Resnais

Prematuro, prolífico y audaz en sus 78 años de carrera, el último de sus veinte largometrajes, "Aimer, boire et chanter" (2014), fue laureado con el Premio Alfred Bauer de la reciente edición de la Berlinale y con el Premio de la Crítica Internacional FIPRESCI de ese mismo certamen. Son los dos últimos reconocimientos a una abrumadora trayectoria, con 5 César del cine francés, dos Osos de Plata de Berlín, 3 en la Mostra de Venecia, un BAFTA y un premio especial del jurado de Cannes.

Nuit et brouillard
Nuit et brouillard

Resnais fue un director, guionista de cine y montador francés; junto a François Truffaut y Jean-Luc Godard, entre otros, fue una de las principales figuras de la Nouvelle vague ('Nueva Ola') del cine francés, que revolucionó el concepto del montaje y la fotografía.

hiroshima-mon-amour
hiroshima-mon-amour

Fascinado por el cine desde pequeño —a los 14 años filmó su primer corto en 8 mm—, Resnais estudió en el Institut des hautes études cinématographiques de París. Comenzó su carrera tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, como montador para otros directores, mientras se abocaba a la dirección de cortometrajes sobre temas artísticos y sociales. En 1950 su atrevido corto sobre la vida de Vincent van Gogh, que formaba parte de una serie de cortometrajes dedicados a temas de pintura, junto a Gauguin y Guernica. El uso de la narración en off, anticipaba los recursos que Resnais desarrollaría en sus siguientes obras, entre ellas la también premiada Les statues meurent aussi, correalizada con Chris Marker, un ensayo fílmico sobre la interpretación colonialista de las obras de arte.

Mon_oncle_d'Amérique
Mon_oncle_d'Amérique

Volvió a trabajar con Marker en 1955 en un estudio sobre el Holocausto (Nuit et brouillard, Noche y niebla) con texto de Jean Cayrol, quien había estado prisionero en un campo de concentración durante la guerra. El documental, de estética mesurada, no se concentra en el horror visceral de la guerra y el exterminio, como haría luego Claude Lanzmann en Shoah (1985), sino que explora, mediante el montaje de material de archivo, los medios que el régimen desarrolló para hacer invisible esta experiencia; la niebla del título alude tanto al sigilo con que tenían lugar las deportaciones a los campos como al voluntario velo que el pueblo alemán echó sobre la degradación a la que sus vecinos y compañeros fueron sometidos. El film es una verdadera joya pero, en su momento, pasó bastante desapercibido en los festivales en los que se pasó. También rodó un documental sobre la Biblioteca Nacional, Toute la mémoire du monde (1956). En 1958 rodó Le chant du Styrène, una visita a las fábricas Péchiney, en la que le sirvió de guía el novelista Raymond Queneau.

Antes de dirigir su primer largometraje, Resnais también había adquirido experiencia en el cine como montador para directores como Paul Paviot, Agnès Varda, François Reichenbach, François Truffaut, Jacques Doniol-Valcroze, William Klein y Nicole Védrés. La pareja de temas que habían ya motivado sus obras documentales —la guerra y la memoria— formaron también la base de su primer largometraje, Hiroshima, mon amour (1959), sobre guion de Marguerite Duras. En ésta obra, Resnais retoma el diseño no lineal de una obra de juventud, Ouvert pour cause d'inventaire; los hechos no se narran según el orden convencional de la cronología, sino que se evocan a través de los sucesivos recuerdos que dos sobrevivientes de la guerra van reviviendo gracias a un affaire sentimental. A la noción ya establecida de que la huella del pasado traumático es la que conforma el presente de los protagonistas, el montaje suma la sugerencia de que el pasado irrecuperable se modifica también por las experiencias posteriores, y asimila la fragilidad de la memoria a la de las víctimas del bombardeo de Hiroshima, cuya imagen se reitera a lo largo de la película. La técnica de montaje empleada para los flashbacks, usando breves planos que cortan el ritmo narrativo, se ha convertido en parte del repertorio estándar del lenguaje cinematográfico.

Alain Resnais no ceso de explorar los vínculos entre imagen y escritura, basando muchas de sus películas en la obra de grandes escritores, como Alain Robbe-Grillet o el español Jorge Semprún.