Victor Omar nos envía este interesante texto.
Los integrantes de la industria cinematográfica mexicana se encuentran muy molestos por el recorte planteado en el paquete fiscal enviado a la Cámara de Diputados por el presidente Felipe Calderón, pues propone durante el 2010 un recorte del 46% a los fondos públicos destinados al Instituto Mexicano de Cinematografía.
El recorte reduciría los 357 millones de pesos (26 millones de dólares aprox) recibidos por el IMCINE en 2009 a 192 millones de pesos en el transcurso del 2010 (aprox. 14 millones dólares).
Y es que el séptimo arte es una de las pocas áreas en las que México ha venido obteniendo reconocimientos en los principales festivales de cine del mundo en los últimos diez años de forma casi ininterrumpida.
Pareciera que en México la mejor forma de apoyar a alguien que sobresale, es el castigo. El gobierno de Felipe Calderón seguramente cree que los mexicanos no tenemos memoria.
Hace dos años, durante el V Festival Internacional de Cine de Morelia, el mandatario mexicano se echó al bolsillo a la comunidad cinematográfica mexicana al reconocer la necesidad de fortalecer a la industria y seguirla dotando de apoyos.
“El cine debe seguir siendo parte de la política cultural del gobierno”, ya que consideró que “quien hace cine no solo hace arte, cumple una función de denuncia retratando las pasiones, alegrías y reclamos de la gente, reflejando la identidad y pluralidad de México mostrando nuestras costumbres, así como lo que queremos y lo que soñamos”.
Calderón dijo que durante su administración, todas las instituciones que forman parte del cine mexicano recibirán la debida atención y apoyo.
“Fortaleceremos las instituciones públicas orientadas a apoyar a la cinematografía; el Centro de Capacitación Cinematográfica, desde luego, seguirá y será fortalecido, el IMCINE, los Estudios Churubusco, la Cineteca, tenemos que seguir creando y apoyando proyectos e instituciones que fortalezcan el arte mexicano.
El público busca, consume, gusta y se reconoce también en el Cine Nacional, por eso seguiremos trabajando para darle a nuestra cinematografía su lugar en las pantallas y propiciando las condiciones necesarias para su desarrollo, como una de nuestras industrias culturales más distintivas en un mundo que impone, paso a paso una cultura global”, añadió Calderón.
Ese discurso que diera el presidente hace dos años en Morelia, seguramente ni el mismo se lo creyó, porque hoy, exactamente dos años después, está haciendo todo lo contrario.
No es la primera vez que el gobierno mexicano intenta deshacerse del cine mexicano
Ya durante el sexenio de Vicente Fox hubo otro escandalito cuando la Secretaría de Hacienda había propuesto deshacerse del Centro de Capacitación Cinematográfica y de los Estudios Churubusco.
Ahora, la comunidad fílmica mexicana vuelve a unirse a una voz para parar tal atropello.
Según estimaciones de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, de prosperar el recorte presupuestal, en el 2010 se dejarían de filmar 30 largometrajes.
Tal vez si el gobierno de Calderón quisiera ahorrarse miles de millones y no solo unos cuantos milloncitos, podría intervenir el cochinero al interior de PEMEX o de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, donde sus sindicatos tienen fuero para robar a costa de los impuestos de los mexicanos.