Fifty Shades of Black, como aprovechar hasta a los detractores

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Las películas paródicas se han convertido ya en un género muy explotado recientemente, y que ha comenzado a formar un muy particular público. Lo que llama la atención es que, durante los últimos años, se orientaba a géneros en específico, y sólo en tiempos relativamente recientes, ha vuelto a una línea que, desde hace mucho, se tenía abandonada, y era el parodiar una historia específica.

Cincuenta Sombras de Grey fue una historia que levantó polémica, pues mientras que fueron muchos los seguidores - o más bien, seguidoras - quienes acudieron al cine a verla, muchos otros la atacaron por los más diversos motivos. El director Michael Tiddes supo capitalizar a estos detractores, con su cinta Cincuenta Sombras de Black.

Cargada de un humor que apenas puede considerarse de buen gusto, y una buena carga de humor racista - que como está hecho por negros sobre negros, no causa ningún efecto - la película es apenas aceptable, y si bien puede empujar a la risa dentro de su simpleza, no consigue mantenerse durante todo el tiempo, y no pasa mucho tiempo antes de que los chistes se vuelvan gastados y predecibles. Realmente no es nada que valga la pena el gasto, aunque para cualquiera que realmente haya estado en contra de la cinta de Grey, encontrará un cierto placer malsano en ver la burla inmisericorde que hace.