Gal Gadot y Pedro Pascal podrían unirse al remake de Ben-Hur

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Hace varios días informamos que el actor Jack Huston, conocido por el papel de Richard Harrow en la serie “Boardwalk Empire”, había sido el elegido por Metro Goldwyn Mayer y Paramount Pictures para el papel protagonista de una nueva adaptación del clásico “Ben-Hur”. Y hoy hemos sabido que la actriz Gal Gadot y el actor Pedro Pascal podrían unirse al proyecto para interpretar a Esther, la esclava de la que se enamora Ben-Hur, y a Poncio Pilatos, respectivamente.

Además, Morgan Freeman interpretará al mentor que enseña al aristócrata judío el arte de las carreras de cuadrigas, aunque aún no se ha anunciado el nombre del amigo de la infancia y enemigo en la madurez del protagonista.

Aunque parece ser que la película no será un remake de la dirigida por William Wyler, sino que se centrará en la juventud de Judah Ben-Hur y su amistad con Messala en Jerusalén. Timur Bekmambetov será el director, que trabajará sobre un guión de Keith Clarke revisado por John Ridley.

En su momento, “Ben-Hur” fue una de las mayores superproducciones de la historia del séptimo arte, con 11 premios Oscar que incluyeron el de Mejor Actor para Charlton Heston, por lo que no es de extrañar que las expectativas en torno a la nueva adaptación sean muy grandes.

Ben-Hur
Ben-Hur

Esta es la historia:

La acción transcurre en Judea, el año 30. El imperio romano, dueño y señor del mundo conocido, gobierna con mano de hierro sus vastos territorios, entre ellos Judea, sometiendo con dureza a sus moradores. Éstos desean con ansia la llegada de un nuevo Mesías que liberará al pueblo judío del yugo romano. Entre ellos Judá Ben-Hur (Charlton Heston), un príncipe rico que comercia con especias de Oriente a Roma, un hombre respetado y creyente en la fe de su pueblo y su Dios.

Sin embargo, los tiempos están revueltos y se teme un levantamiento violento contra el poder romano, a lo cual éste responde con el envío de dos legiones al mando del jefe militar, Messala (Stephen Boyd), antiguo amigo de la infancia de Ben-Hur.

Judá Ben-Hur ve en Messala a un amigo y también una posibilidad de cambio para su pueblo, una esperanza para el entendimiento y el respeto. Pero por el contrario, Messala ve a su viejo amigo como el hombre que "señalará" a los enemigos judíos de Roma por su pasada amistad. Sin embargo, Ben-Hur se niega al trato y Messala, encolerizado, rompe la relación.

Ben-Hur, temeroso de su amigo el tribuno, sabe que tendrá que tener cuidado de ahora en adelante. Pero vendrá un golpe de mala suerte: su única hermana, Tirzah, se apoya en el borde de la azotea de su casa y una teja se desprende al paso de la comitiva que llevaba al gobernador, provocando que este se golpee al caer junto con su caballo, y este incidente, pese a ser accidental, lo hace prisionero junto con su madre y su hermana de su antiguo amigo, que le acusa de atentar contra el nuevo gobernador de Judea, Valerio Grato. Judá es enviado al puerto de Tiro, sin juicio, como galeote en una galera. Ben-Hur jura vengarse de Messala aunque ello le lleve toda la vida.
Charlton Heston, en su papel de Judá Ben-Hur, por el que fue premiado con el Óscar al mejor actor.

Hugh Griffith en su papel del jeque Ilderim, por el que obtuvo el Óscar al mejor actor de reparto.
En su viaje al puerto, Judá conocerá a Jesús de Nazaret, quien le dará agua. Ya en la galera, Ben-Hur conocerá a Quinto Arrius, primer cónsul de Roma, al que salvará la vida en una batalla naval en la cual la galera se hunde. Como gratitud hacia Judá, Quinto Arrius le adoptará como su hijo, con lo que obtiene riquezas y títulos. Sin embargo, a pesar de las riquezas, del poder y de la gloria de Roma, Ben-Hur sabe que tiene un juramento que cumplir y que no puede esperar más tiempo. Es la hora de la venganza...

En su camino a Jerusalén, Ben-Hur conocerá a Baltasar, y al jeque Ilderim, un comerciante árabe. De Baltasar aprenderá que hay alguien en quien creer, un Mesías, hijo de Dios, que liberará a los hombres de su ira y su odio. Por el contrario, del jeque descubrirá que Messala participa en las carreras de cuadrigas y, en la arena del circo, en el que la muerte no es un delito...

Alimentado por su odio, Judá reta a Messala en las carreras y por otro lado, busca a su madre y hermana. Al regresar a Jerusalén, descubre que todo lo que había conocido había quedado reducido a ruinas, que su familia había desaparecido y que la única explicación que tenía era de la hija de un esclavo suyo, llamada Esther, a quien Judá amaba profundamente.

Tras condenar a Judá a las galeras, Messala no sólo había confiscado todos los bienes de Ben-Hur sino que se ensañó con su madre y hermana encerrándolas en los calabozos. Con la nueva llegada de Judá y su reto, Messala, tenso, mandó buscar a la familia de Judá. Para su sorpresa, tantos años en una celda inmunda en los recónditos calabozos habían hecho que enfermaran de lepra...

Judá, lleno de cólera y odio en su interior, se debate interiormente entre su venganza hacía su verdugo y su antigua amistad de la infancia. Pero Judá sabe que Messala no va a cambiar y que su única opción de resarcirse es poder ver su cuerpo mutilado y maltrecho en la arena del circo. Para ello, correrá la carrera de cuadrigas. Ahí vencerá a Messala, quien terminará cayéndose de su carro, y siendo atropellado y pisoteado por otro. Con el cuerpo ensangrentado, estará condenado definitivamente a su muerte. Esta escena de la carrera de cuadrigas es una de las más famosas de la historia del cine. Messala, en un último aliento le comunica que su madre y su hermana están vivas, pero que están en el valle de los leprosos. Por lo tanto, como Judá sabe, están condenadas a una muerte lenta y horrible.

Judá, desolado, recorre las calles de Jerusalén con su madre, su hermana, y Esther. Él accede al requerimiento insistente de ésta para que sean sanadas por el Rabí de Galilea, al que ha escuchado predicar y obrar maravillas, mientras una procesión de gente acompaña a gritos la marcha de los nuevos crucificados, entre ellos un hombre que una vez dio de beber a nuestro héroe. Ben-Hur, como agradecimiento, trata de devolverle su ayuda con agua. Sin embargo, un soldado romano tira el agua antes de que Jesús pueda beber y tener un poco de aliento en su pesada carga.

Este encuentro, y el presenciar después la crucifixión del hombre que un día le salvó de morir, harán que Judá encuentre la paz y mitigue su ira a través del perdón. Regresa aún bajo la catarsis de lo que ha presenciado cuando ve que su hermana y su madre han sanado milagrosamente. ¡Ha ocurrido el milagro! Y fundidos en un gran abrazo, se desborda la alegría.