Grandes escándalos del cine: Calígula

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El cine porno - llamado ahora de forma políticamente correcta "cine para adultos" - es tan viejo como la misma cinematografía, pero existen algunas cintas que han causado grandes escándalos en varios niveles de la sociedad. Un a de las que más llaman la atención en ese sentido es Calígula, que tiene la reputación de ser problemática tanto entre el público como durante la realización.

En 1975, la revista Penthouse decidió lanzarse a producir su primera cinta original, pero pensando en hacerse más accesible, pensó en el cine de arte, pero con los toques de sexo que la empresa tenía conocida. Para ello, contrató al guionista Gore Vidal, quien presentó una historia que, si bien algo fuerte para la época, era aún aceptable para los estándares del circuito comercial. Para la dirección, se elegiría al italiano Tinto Brass, quien apenas comenzaba a labrarse el nombre de maestro el erotismo que le haría famoso. El revisó personalmente el guión de Vidal, rechazándolo por considerarlo demasiado tímido. El realizó una gran cantidad de cambios, incluyendo orgías y otras escenas con más crudeza, lo que hizo que el guionista rechazara ser incluido en los créditos.

Pero apenas comenzó la producción, las diferencias creativas no se hicieron esperar. Si bien la visión de Brass era más atrevida, él buscaba reflejar la decadencia del Imperio Romano, por lo que usaba mujeres poco atractivas, y escenas que creaban más desagrado que deseo, dejando a las modelos de Penthouse como fondo, y sólo porque era exigencia de la revista. Para Bob Guccione, director de la editorial en ese entonces, era lo contrario a su objetivo principal, que era hacer una cinta para adultos que pudiera entrar en el circuito de arte.

Fue por ello que, a espaldas de Brass, Guccione filmó algunas escenas de sexo explícito, y las incluyó dentro de la edición de la cinta original, no permitiendo al italiano que diera su visto bueno. A pesar de lo que se ha dicho, él no fue despedido, y si bien no renunció, públicamente denunció el hecho.

Entre los detalles de producción, y toda esta serie de discusiones, la misma se estrenaría hasta 1979, y fueron muchas las salas que abiertamente se negaron a proyectarla.

Muchos de los actores involucrados, como Malcolm McDowell y Peter O'Toole, reconocidos por su trabajo en cintas de gran calidad, se sintieron indignados al descubrir todos los cambios que se realizaron, pues mañosamente, a muchos de ellos los mantuvieron de muchos aspectos del guión. Incluso, tras del estreno, McDowell  recomendaba abiertamente a todo mundo que no viera la película.

De hecho, la actriz Maria Schneider, que hubiera protagonizado anteriormente la controvertida cinta El Último Tango en París, era quien originalmente encarnaría a Drusilla. Pero en su primera escena sexual, se dice que salió del foro vistiendo sólo la túnica de su personaje, terriblemente molesta, y gritando groserías sin recato. Ese mismo día renunció a su papel, sin molestarse en regresar.

A pesar de ello, la cinta se convirtió en material de culto, y aunque actualmente sigue siendo digna de verse, no ocasiona el nivel de escándalo que tuvo en su momento.