La ira puede ser muy mala consejera, pues en ocasiones nos hace tomar muy malas decisiones, o decir cosas que no deberíamos. Ese fue, en su momento, el caso de Liam Neeson, quien el año pasado tuvo un gran problema con la opinión pública por una opinión desafortunada.
Durante la promoción de su película Cold Pursuit, en el 2019, Neeson le contaba al reportero de The Independient como la venganza era algo muy primitivo, tal y como lo sentía el protagonista de la película. Él mencionó, como experiencia personal, que en una ocasión una amiga cercana le confesó que fue violada por un hombre de raza negra, por lo que su primer impulso fue querer salir a la calle "Y golpear al primer negro bastardo que viera hasta matarlo."
Obviamente, esta elección de palabras tan desafortunada no pasó desapercibida para la opinión pública, que lo acusó abiertamente de racismo, y si bien no hubo un boicot organizado contra la cinta, su respuesta en taquilla resultó muy pobre. Neeson tuvo que disculparse en Good Morning America, asegurando que él no era racista, pero pasó mucho tiempo antes de que el episodio fuera olvidado. Curiosamente, algunos grupos defensores de víctimas de violación le direon bastante apoyo.