Después de el lanzamiento de El Topo, el director Alejandro Jodorowsky se lanzó a realizar una parábola sobre la forma en que la sociedad moderna esclaviza la realización humana, lo que sería su cinta La Montaña Sagrada, de 1973. Pero fiel a su estilo, decidió utilizar todo tipo de simbolismos, que hicieran mucho más impactante el film. Para ello, llenó la historia de simbología cristiana, la gran mayoría de ella muy irreverente, que de inmediato provocó la ira de los grupos más conservadores nacionales. De hecho una de las escenas que más polémica generó, fue en donde varia mujeres vestidas de prostitutas, con blusas totalmente transparentes, aparecían dentro de una iglesia, para después ofrecer sus servicios en el atrio. Y el que entre ellas hubiera una menor de edad, no fue exactamente algo que lo ayudara. Lo cierto es que la misma tuvo una circulación muy limitada, y si bien no se logró que se prohibiera como tal, ninguna sala nacional se atrevió a proyectarla, y todavía hasta la fecha sigue siendo una pieza poco conocida, pero que el simple escándalo que la rodeara fue más que suficiente para que se ganara un lugar dentro de las cintas de culto a nivel mundial.