Si bien es cierto que, en muchas ocasiones algunas personas pueden tomarse las películas demasiado en serio, y cometer crímenes realmente graves inspirados en las mismas, no son raros los casos en que la opinión pública se encarga de tergiversar los hechos, buscando culpables que en realidad no existen. Uno de esos casos fue el del caso de los crímenes de Ogden, llamados también la Matanza de Hi-Fi, en donde una cuestión circunstancial hizo que una cinta fuera calificada como la responsable.
El crimen ocurrió el 22 de abril de 1972 en el poblado de Ogden, Utah, en donde tres personas, Dale Selby Pierre, William Andrews y Keith Roberts - versiones aseguran que había otros tres más, pero no se pudo probar - entraron a la tienda de electrónica HI-Fi Shop, donde amagaron a dos empleados y los tuvieron como rehenes en el sótano. Poco después, tomarían como rehén a un joven que entró a la tienda, a sus padres, que acudieron a buscarlo al ver que tardaba, y al padre de uno de los empleados.
Si bien el plan original era sólo realizar el asalto y huir, los criminales entraron en pánico, y decidieron matar a las víctimas. Uno de ellos recordó una escena de la cinta Harry el Sucio II: Magnum Force, donde una prostituta era asesinada dándole a beber destapacaños, lo que le ocasionaba la muerte instantánea. Los criminales repitieron la técnica con los rehenes, que comenzaron a agonizar de una manera lenta y horrible, causando más pánico y haciéndolos asesinarlos con las armas. Además de eso, uno de ellos violó a una empleada, y fueron torturados brutalmente.
Los criminales fueron arrestados, y durante la investigación, salió a relucir el detalle de la película. Los medios rápidamente tomaron este detalle, y la noticia fue que todo el crimen había sido inspirado en la cinta, y que por ello tenía responsabilidad. Aunque la investigación probó lo contrario, durante mucho tiempo esta versión se dio por buena, lo que hizo que el caso, y la película en cuestión, fueran uno de los grandes escándalos de ese año.