Para 1977, el director Roman Polanski se recuperaba apenas de la tragedia de la muerte de su esposa, y de una fuerte depresión que había detenido su trabajo. El artista estaba reiniciando su trabajo, y las cosas comenzaban a levantar. Pero fue en ese año que pasaría por una serie de hechos que, incluso ahora, siguen siendo motivo de polémica.
El 10 de marzo de ese año, fue acusado por una supuesta violación por medio de drogas a una menor de 13 años, de nombre Samantha Gailey. Tras de iniciar el juicio, negó los cargos de violación, pero se declaró culpable de sostener relaciones sexuales con una menor, lo que le implicó primero una sentencia de 90 días en una institución psiquiátrica, antes de decidirse una sentencia. El director fue dejado libre bajo caución a los 43 días, citándosele a corte para decidir su situación. Pero en el momento en que estuvo fuera, huyó literalmente a Europa, en donde se mantuvo durante años, hasta ser arrestado al tratar de recoger un premio por su trayectoria.
Lo cierto es que el caso está lleno de huecos, y si bien la culpabilidad del director nunca fue puesta a discusión, existen algunos elementos de duda. En muchos aspectos de su declaración, Gailey cayó en contradicciones, en especial en lo que respecta al supuesto uso de drogas, mientras que Polanski siempre sostuvo que todo se realizó de mutuo acuerdo.
Una versión interesante sostiene que el director, tras de su infancia en campos de concentración, aceptó declararse culpable por el temor que tenía de verse encerrado, y el no llegar a la cárcel era parte del acuerdo, por lo que cuando vio que era posible que cayera en prisión, optó por la huida.
Lo cierto es que, incluso a la fecha, es uno de los temas más polémicos de la historia del cine, y es posible que, incluso aunque los implicados aún vivan, nunca se sepa realmente la verdad.