Cuando un director trata de experimentar, siempre se corre el riesgo de entrar en temas problemáticos, que requieren de un gran tacto para no caer en la vulgaridad. Fue el caso de Vincent Gallo, quien en el 2003 se lanzaría con un experimento muy delicado, al que tituló Brown Bunny, y que sigue siendo uno de los grandes escándalos de Hollywood.
Curiosamente, el tema en sí no era demasiado espinoso: Narraba la historia de un motociclista que se veía atormentado por lo recuerdos de su ex-amante. Gallo fue productor, director, escritor y actor principal de la cinta, pues no obtuvo Sin embargo, lo que realmente conmocionó al público fue la escena final, en donde la actriz Chloë Sevigny realizaba una sesión se sexo oral sin simular en el mencionado director.
El verdadero escándalo, sin embargo, vendría en su estreno en Cannes, donde el crítico de cine Roger Ebert la calíficó simplemente como "La peor película de Cannes". Gallo, que no se caracterizaba por su diplomacia, lo llamó "Un cerdo con el cuerpo de un tratante de esclavos". La respuesta del críticos fue contundente "Yo puedo adelgazar, pero tú serás para toda la vida el director de Brown Bunny".
Curiosamente, Gallo realizó varios cortes a la cinta, presentando una versión depurada a la crítica, y el mismo Ebert la calificó de excelente. Fue hasta años después que Gallo lanzó la versión original en video, y hasta ahora, esa versión sólo se ha presentado en pantalla grande en Cannes, y nunca más. Sin embargo, en video es relativamente fácil de encontrar.