Grandes escándalos del cine: Walt Disney, Leni Riefenstahl y el nazismo

| | ,

Entre muchas de las leyendas urbanas que corren en Hollywood, se ha mencionado bastante sobre el abierto anti-semitismo de Walt Disney, y el que posiblemente fuera simpatizante del nazismo. Si bien realizó varios cortos satíricos criticando a la Alemania fascista, he incluso tuvo en su haber un cortometraje titulado Educación Para la Muerte, donde se muestra como un crítico abierto y opositor a este régimen, lo cierto es que las mismas se lanzaron después de que los rumores iniciaran, por lo que muchos lo han interpretado sólo como un movimiento de relaciones públicas. Sin embargo, hay un hecho que ha ocasionado muchas discusiones, y que incluso ahora se considera como una página negra en la historia del cineasta.

A finales de 1938, aunque no existía aún estado de guerra en Europa, Alemania ya había invadido varias naciones europeas, y en general era vista con rechazo por varios países, en especial Estados Unidos. En ese entonces, la cineasta Leni Riefenstahl, conocida por ser una convencida propagandista del nazismo, visitó la Unión Americana para, según sus propias palabras, intercambiar puntos de vista con la gente de Hollywood.

Aunque en ningún momento hubo una negativa hacia su visita, todo el medio cinematográfico estaba dispuesto a mostrarle que era una persona non grata. Sólo tres personas acudieron a recibirla al aeropuerto, y muchos directores y productores la recibían sólo unos minutos, con gran frialdad, o sólo le hacían saber que sus agendas estaban ya "saturadas".

Disney, sin embargo, fue más hospitalario: Invitó a la cineasta a visitar los estudios, y el mismo Walt la acompañó durante tres horas, para recibirla después en su despacho de forma privada. Además de ello, organizó una premier de la cinta Olympia, documental sobre los Juegos Olímpicos de Berlín, en donde hacía una descarada defensa de la superioridad aria.

Si bien esta visita fue ampliamente conocida, tras de la entrada de Estados Unidos a la Guerra, los publirrelacionistas de Disney se encargaron de que cayera en el olvido, al grado de que, algunos años después, nedie hablaba de ello.

Hasta ahora, no se sabe si el gesto fue simple hospitalidad, o una simpatía por lo que la directora representaba. Lo cierto es que ha quedado como uno de los escándalos más misteriosos de Hollywood.