A pesar de que no es la obra maestra que muchos parecen creer, Wonder Woman ha conseguido el éxito que El Hombre de Acero, Batman v Superman y Escuadrón Suicida no pudieron. De alguna forma, ha renovado las esperanzas de que en el universo cinematográfico de DC Films comiencen a hacerse buenas películas.
Ahora es el actor Henry Cavill, que interpreta a Superman, quien reconoce los errores de las anteriores producciones, y afirma querer continuar con el estilo de la producción protagonizada por Gal Gadot, que como decimos ha sido un gran éxito de taquilla, aunque no tanto de crítica, pues tampoco es una maravilla.
"Incluso si Marvel no existiera, tendríamos dificultades. Había un estilo que ellos estaban buscando, un intento de ser diferente y mirar las cosas desde una perspectiva ligeramente diferente, que no necesariamente funcionó. Sí, ha hecho dinero, pero no ha sido un éxito crítico; no le ha dado a todos esa sensación que los superhéroes deberían darle al espectador.
Creo que es un momento maravilloso para la superheroína. Es el escenario perfecto en la política social en este momento, lo necesitamos, queremos esa perspectiva, y Wonder Woman ha llegado en el momento ideal y se ha convertido en un éxito fenomenal, lo que es fantástico. Cualquier éxito dentro del universo de los superhéroes, especialmente dentro del Universo DC, es maravilloso, porque quiero seguir contando la historia de Superman; egoístamente, eso me sirve a mí.
Siento que ahora se han cometido los errores correctos y no no han sido indulgentes, y podemos comenzar a contar las historias en la forma en la que necesitan ser contadas. Es incluso mejor regresar de un error o error de estilo porque hará que parezca mucho más fuerte. Wonder Woman fue el primer paso hacia la dirección correcta".
El problema de este universo cinematográfico no es Marvel Studios, ni tampoco el estilo o tono de sus películas. El problema es contratar a directores que parecen más preocupados por las estética que por la historia. El problema también es no dejar trabajar a sus directores. Y por supuesto el problema son los malos guiones.