I Origins y La Distancia marcan el ritmo en el tercer día de Sitges 2014

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Intenso mano a mano entre el protagonizado ayer en la sección oficial entre La Distancia, la nueva película de Sergi Caballero, y I Origins, la vuelta al cine de Mike Cahill. Ambas películas se dan la mano en el concepto de cine de género más ortodoxo, pero sin embargo se muestran distantes en otros puntos, desde el seductor preciosismo New Age de Cahill, que repite ritmos y planos que ya sorprendieran en Another Earth, hasta el onirismo surrealista del condirector del festival Sonar e una película rayana en lo absurdo y con momentos eficaces. Casi podemos entrever que salvo sorpresa, estas dos serán las películas que se jugarán el premio de ganador, pues nos encontramos ante la quintaesencia del festival en si mismo, y tanto Cahill como Caballero, no está claro si conscientemente o no, han terminado por dar en el clavo. La Distancia nos presenta la misión improbable de un grupo de enanos rusos con la misión de llevar a cabo un robo en Siberia, en tanto que I Origins explora la frontera entre el alma y la ciencia a través de los ojos de sus protagonistas. Buenas películas que toman el pulso a lo que está siendo una de las mejores ediciones de los últimos años del festival.

En la parrilla de cine3.com, comenzaba el día con la película How I Live Now. La nueva película de un director que saltó a la fama con El Ultimo Rey de Escocia en 2006. Se trata de un drama a medio camino entre catarsis y viaje personal a través de los ojos de una adolescente norteamericana que se ve atrapada en una guerra de incierto origen cuando visita a sus parientes en el Reino Unido. Con la interpretación de Saoirse Ronan y Tom Holland como principal reclamo, la cinta abusa de un arranque demasiado largo en su metraje, casi media película donde narra la eclosión a la madurez sentimental de la protagonista. Tal vez por eso, podemos considerarla como una película de difícil síntesis que naufraga al querer abarcar un espectro demasiado amplio de historias sin detenerse en ninguna de ellas en concreto. Esto la convierte en una cinta que, si bien soporta buenos momentos, se diluye con el paso de los minutos, lo que provocó en los espectadores una sensación de media cocción que supone su principal lastre a pesar de la calidad técnica que presenta.

Zombeavers / Poster
Zombeavers / Poster

Más desenfadada llegaba la primera sesión trash de la selección de cine3.com. Zombeavers, de Jordan Rubin no decepciona a los amantes del cine de serie Z hecho sin más pretensión que el pasar un buen rato entre amigos. Nos encontramos ante una película frívola en su planteamiento como supone que una colonia de castores se convierten, accidente químico mediante, se transformen en zombies. Tan sólo una excusa para hacer un manifiesto homenaje a películas más serias y ya de culto como La Noche de los Muertos Vivientes, la franquicia de 007 (los créditos del principio están cortados por el mismo patrón) o clásicos del fantástico como Creepshow 2 (con aquella balsa en medio del lago como nexo comunicador). Una película divertida repleta de chistes, peluches y clichés que cumple la función para la que está concebida y que, al renunciar a mayores pretensiones, se presenta como una sana apuesta de cine palomitero.

The Guest, se planteaba la apuesta del director Adam Wingard por el thriller después de haberse superado a sí mismo en los omnibus VHS, y sobre todo en su taquillera You're Next. No decepciona esta película que pivota sobre un extraordinario Dan Stevens (conocida cara de Downton Abbey en el papel de Matthew Crawley). Stevens devora virtualmente al resto del reparto al encarnar a un veterano de guerra con incierto pasado que es acogido por la familia de un antiguo compañero de armas. El impacto de su presencia generará una espiral de acontecimientos en la que el espectador duda de su lealtad sentimental hacia unos y otros personajes que difuminan el concepto de villano, o que al menos, consigue que éste caiga bien. Con buenas y bien dosificadas escenas de acción, mantiene la tensión desde el mismo arranque de la película para plasmarse como lo que es, una muy buena película que a buen seguro llegará a las pantallas y que el espectador sabrá apreciar.

Por otra parte, la película made in Hong Kong The Midnight After (título provisional para su distribución internacional) del cantonés Fuit Chan, narra la extraña situación que se da con los conductores de un autobús cuando todos se desvanecen a su alrededor. Con ese peculiar modo de hacer cine de género que tienen en el gigante asiático, The Midnight After resulta un caótico cuento de cine fantástico con unos poderosos escenarios exteriores (impresiona ver las calles de las megaurbes asiática despobladas por completo) en el que los actores se desenvuelven bien dirigidos y balanceados en las aguas turbulentas de un guión que aspira a todo y no regala nada. Confundiendo al espectador, este relato que podríamos encasillar como apocalíptico, hace que el espectador se vea inmerso en una montaña rusa argumental de la que no se sabe exactamente muy bien como salir. Un final abierto y consecuente con el desarrollo de la misma deja a sucesivos visionados y a la interpretación del espectador la conclusión final.

El cine de acción se daba cita con los aficionados en Montana, de Mo Ali, una historia que nos plantea el enésimo vínculo maestro aprendiz que hemos visto tantísimas veces en la gran pantalla, esta vez entre un ex asesino serbio y un muchacho de la calle británico que unen sus caminos en una espiral de venganzas y crímenes. Con buenas coreografías, Mo Ali no consigue sin embargo ofrecer algo verdaderamente novedoso, y compone una película en base a la agregación de referencias de otros filmes, en una peculiar mezcla de Hanna, Leon el Profesional y Karate Kid con los suburbios de la City Londinense como telón de fondo. No obstante, la presencia del director, así como la clara influencia de las anteriormente mencionadas cintas, resultaron ser del gusto del público que aplaudió durante más de un minuto el producto final.

Housebound / Gerar Johnstone (2014)
Housebound / Gerar Johnstone (2014)

En otro ámbito, Home de Nicholas McCarthy, ponía el inconfundible sello del demonio a una jornada contundente. El director de The Pact, que se exhibiera en Sitges 2012, vuelve a adentrarse en sus fobias a las viviendas desocupadas en una historia que mezcla un relato de fantasmas con otro de posesiones en una amalgama donde el protagonismo pasa a través de tres personajes distintos que conforman una sucesión de historias vinculadas entre sí a través del vínculo común del maligno. Como viene siendo habitual, multitud de referencias a clásicos como El Exorcista, La Semilla del Diablo o La Profecía que carece, como por desgracia es habitual en este tipo de cine, de un cierre adecuado que nos traerá alguna de las mencionadas cintas. Y es que hacer cine sobre el Diablo, no es cosa sencilla. El villano por excelencia del cine de terror siempre sale claramente victorioso o derrotado, y parece difícil poder llevar a cabo otro planteamiento que no sea ese, lo que resta impredecibilidad a las obras qiue se acercan a él.

También hablaba de casas encantadas Housebound, del neozelandés Gerar Johnstone. Una película donde se dan la mano en clave de humor multitud de géneros en una película sincrética, inverosímil en su planteamiento y cuidada en sus detalles que cumple con el propósito de entretener, pero que guarda en su interior numerosos giros de guión que, no por inesperados, rompen el ritmo de la película, lo que deviene en un relato ágil y bien interpretado que tiene en una vivienda rural del país austral su canal de expresión y que muestra, con claras notas de vodevil y elementos de una sitcom, una forma de hacer cine que nos retrotrae a las primeras películas de Peter Jackson.

Como resumen, se puede decir que al finalizar el primer tercio del festival, se confirma que estamos ante una de las mejores ediciones de los últimos años.