Podría parecer que el filmar dentro de una casa o departamento, donde se cuenta con luz artificial, y por tanto constante, sería más sencillo. Sin embargo, es necesario tener algunas consideraciones elementales para cualquier amateur interesado en mejorar su técnica.
De entrada, los focos usuales en cualquier casa, suelen dar un ligero tinte amarillento, que se hace más notorio al momento de filmar. Si piensas usar las mismas, trata de cambiarlos por focos llamados de luz de día, que tienen un ligero tinte azulado que compensa un poco ese efecto. Sin embargo, lo ideal es contar con cuando menos una luz fotográfica, que te asegure una iluminación pareja y sin tintes. Cuando sólo tienes una de ellas, apunta a la parte superior, pero en un ángulo de 45 º, de modo que no se pierda la luminosidad, pero sin que el reflejo llegue a ser exagerado, y que afecte tu escena.
Evita siempre el dirigir la cámara directamente hacia una luz directa, y en caso de que tu libreto lo exija, trata de utilizar un filtro especial para luz directa, pues de otro modo, a la larga puede dañar seriamente tu equipo. Del mismo modo, trata de que las fuentes queden ya sea en el techo, o en esquinas o puntos lejos de la acción directa, de manera que no afecte tu vista. Ten en cuenta que si una fuente de luz queda tras de tus actores, hará un fuerte contraste que evitará que se vean las facciones con claridad, aunque eso puede ser un efecto interesante en algunos casos.
Si estás en un interior, y entra la luz externa por una ventana o puerta, es a veces recomendable tener una lámpara desde afuera, incluso aunque tengas luz de día, pues de esa forma podrás asegurarte de que la cantidad sea constante, algo que puede variar dependiendo de la nubosidad o los movimientos externos.
Al final, todo está en la práctica, y eso podrás irlo dominando de acuerdo a tu propia experiencia. La iluminación en interiores tiene cientos de variantes, y algunas de ellas podrán serte muy útiles.