Ir al cine con amigos o con el novio es un plan bastante común. Sobre todo los fines de semana. Cuando llegas a la taquilla o entras a la sala de cine la gente que hay alrededor platica, juega y se ríe con sus acompañantes. Se comparten las mantequillosas palomitas que venden en la dulcería, pero no los refrescos. ¿Pero qué pasa con esas figuras oscuras y solitarias que se aparecen en el cine sin compañía?
Hay muchísimas cosas que hacemos solos, como ir al baño (aunque muchas mujeres no han podido superar esa etapa) o sentarse a leer un libro. Tener momentos dedicados a uno mismo está bien, pero entonces ¿por qué ir al cine solo es tan difícil para tantas personas?
Debo confesarme como uno de esos personajes oscuros que de vez en cuando van al cine solos. Con bastante frecuencia se me presentó la oportunidad (léase momento libre y sin compromisos) para ver una película y no tener alguien disponible para que me acompañara. Obviamente, cuando no tenía pareja era más común pero aún hoy en día hay alguna que otra ocasión que voy al cine sola. Al entrar a la sala de cine la experiencia cambia por completo, pues no vienes platicando con nadie. Más bien, es una oportunidad para observar a la gente. Durante la proyección de la película no pasa nada, pues estás muy entretenido mirándola. Son los momentos antes y después de ella que se siente uno un poco extraño de ir al cine solo. Los ojos juzgones de las chavas que vienen en bola y no dejan de verte sola. El ojo coqueto del viejito rabo verde que ya notó que vienes sola. Las señoras ya mayores que te miran con ternura y lástima porque vienes solita. Parece que todo mundo nota cuando alguen entra al cine en soledad. ¿Pero por qué es visto como algo tan raro e incluso decadente?
En mi cabeza no tiene nada de malo ir a ver una película solita. Me recuerda que soy autosuficiente en muchos sentidos: tengo el dinero para pagarme mi propio cine, los medios para llegar sin que nadie me lleve, los ánimos para disfrutar lo que estoy viendo y sobre todo el valor para aceptar que no hay, por el momento, alguien que me acompañe y que de todos modos voy a entrar a ver y disfrutar una película porque eso es suficiente para hacerme feliz. Además de que tiene sus ventajas ir al cine solo: no tienes que ser condescendiente con nadie escogiendo la película que vas a ver, si no te gusta te puedes salir a pesar de lo que sea, no tienes que explicarle a la hermana menor o a la hija la parte que no entendieron, es más fácil encontrar asiento para uno, sale más barato, nadie te puede cambiar el horario o de planes sin previo aviso...
Claro que también hay que saber escoger la película. No es lo mismo ir a ver tú sola The Devil Wears Prada en un cine lleno de viejas que ir a ver la remasterización de Alien tu sola en un cine casi vacío en la noche. Yo normalmente escojo películas que me harán sentir bien después de verlas. Después de todo, a pesar de que sea momentáneo, estás solo en ese momento.
Así que sí, soy uno de esos bichitos que se mete al cine sola y soy feliz de poder hacerlo. Tengo varios amigos que no pueden hacerlo. Sobre todo amigas que prefieren aburrirse solas en casa porque ir al cine sola las deprime. Yo creo que si por el momento no tienes quien te acompañe, no dejes pasar la oportunidad de ver una buena película aunque estés solo. No te vas a arrepentir.