James Cameron ¿Campeón sin corona?

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Si algo tuvo de emocionante esta entrega del Óscar, es que parecía un guión de película donde el giro de tuerca se presenta hasta el final.

Si bien todos los pronósticos se fueron cumpliendo (en Las Vegas los apostadores podrán estar contentos), la Academia completó al final dos enormes deudas que le valieron toda clase de críticas en ocasiones anteriores: le dió un Oscar a una mujer como directora y por esta ocasión, privilegió creatividad por sobre la taquilla.

La cara de James Cameron al momento que se anuncia  a la ganadora a mejor película, lo decía todo: esta vez la industria no le apostó a premiar lo que le deja dinero. Y es que Cameron ya tenía los records de taquilla rotos, la mercadotecnia triunfante, la inversión más que recuperada. Le faltaba el aval de calidad, que en esta ocasión no quisieron darle.

Y no es que la película sea mala, (ya hay detractores por todas partes) es que de verdad ya le habían dado los premios que merecía. No se fue con las manos ni los bolsillos vacíos (¿se puede pedir más?).

Si, quizás de verdad Cameron quería matar a  Kathryn Bigelow, como se muestra en la foto (Acto fallido?). Pero también es verdad que popularidad y calidad  rara vez coinciden. Y lo más extraño de todo es que nadie duda que Zona de Miedo "Hurt Locker" es una gran película.

Todos contentos entonces...