Jessica Jones

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Manuel Cruz

@cruzderivas

Con Jessica JonesMarvel parece entrar a una nueva etapa en la interpretación dramática de su universo. Si Bryan Singer y Sam Raimi (respectivos directores de X-Men y Spider-Man) se esforzaron en construir una personalidad verosímil y compleja para sus personajes, la creación de Melissa Rosenbergactualmente disponible en Netflix, busca, entre otras cosas, responder a una gran curiosidad: ¿cómo es la vida de un (o una) superhéroe?

Bien es cierto que el tema se explora en la vida estudiantil y adolescente de Peter Parker (de camino a la infancia en cada nuevo reboot de su serie fílmica), pero Jessica Jones (la espectacular Krysten Ritter) es otra historia. Ella ni siquiera se ve como un héroe, pero si cómo alguien que debe trabajar para comer, beber, y vivir. Su super-fuerza y habilidad para saltar grandes distancias son más herramientas de defensa que de utilidad. En este segundo aspecto, se vale de dos características que aportan mucha innovación y frescura a la serie que protagoniza: curiosidad por el misterio y personalidad.

La compleja personalidad de Jessica Jones, junto a la versátil actuación de Krysten Ritter, representa un gran elemento de innovación y frescura en la serie
La compleja personalidad de Jessica Jones, junto a la versátil actuación de Krysten Ritter, representa un gran elemento de innovación y frescura en la serie

Este segundo aspecto se aleja del llamado inconsciente a la justicia detrás de Spider-Man según Raimi, o las trágicas consecuencias de “ser diferente” que conforman a los X-Men de Singer. Los conflictos emocionales alrededor de Jessica Jones se aproximan a lo mundano con una frialdad y sarcasmo que quizás no tiene precedentes: Jones es malhablada, bebedora, muchas veces indiferente a los sentimientos del otro, y con una sexualidad libre de cualquier culpa. Ni siquiera se viste como una superhéroe, deambulando las calles de Nueva York y espiando indiscreciones maritales a cambio de un sueldo razonable, a veces como resultado de su conflictiva asociación con Jeri Hogarth (Carrie-Anne Moss), una poderosa abogada criminal, que pronto se enreda en sus problemas maritales.

El enfoque en Jones como persona demuestra que los héroes pueden ser fallidos por si mismos, y no las circunstancias a su alrededor. El diálogo de Rosenberg y su equipo, basados en los personajes de Brian Michael Bendis, junto a la increíble versatilidad dramática de Ritter, resultan en un experimento único, difícil de describir, pero profundamente atractivo de ver.

Ello no quiere decir que Jessica Jones no narre una historia de superhéroes en el aspecto más “tradicional”, y tal componente no queda despreciado. Una vez concluido el piloto, Jones descubre el regreso de un enemigo que - también, por primera vez - le provoca miedo. ¿En qué ocasiones previas a la serie se planteó esa idea? El resto de la serie avanza hacia el desvelo y guerra contra Kilgrave (David Tennant), un británico cuya arrogancia y habilidad para controlar la mente de cualquiera empieza a provocar consecuencias de suficiente sangre y entrañas para hacer que Wolverine se vea como un niño amateur. La cruzada de Jones por detener a Kilgrave (y evitar la muerte de cientos de inocentes controlados por él en camino) provee a la serie con secuencias de acción cumplen su propósito con notable éxito, pero no ofuscan a su elemento de central innovación.

La personalidad es clave y constante en Jessica Jones, expandiéndose en las relaciones de su protagonista con Luke (Mike Colter), su mejor amiga Trish (Rachael Taylor), y Kilgrave. Este último une la actitud de “maldad pura” característica del villano en las series animadas de Marvel y DC durante los noventas, con una complejidad y cuasi-justificación psicológica de sus acciones que asusta y sirve para meditar, al mismo tiempo. Al igual que Ritter, la volatilidad emocional de Tennant es un elemento de constante sorpresa, y quizás un marco de referencia para futuros villanos en el creciente mundo de Marvel.

Desde que Bryan Singer adaptó a los X-Men en el año 2000, los personajes son un punto de enfoque. Con Jessica Jones, continúan siéndolo, pero enfocados a una dirección más humana, a veces comparable a dramas sin “super-poderes” como Girls de Lena Dunham, sin perder una sensación de extravagancia, capaz de emocionar tanto a niños como adultos (aunque ningún niño debería quedar expuesto a la violencia gráfica en la serie)

Jessica Jones es un paso de maduración, independiente al medio en donde reside. El formato televiso permite contar una larga y compleja historia con dosis de paciencia e ingenio, pero lo que sus personajes hacen y representan podría trasladarse sin problemas a la pantalla grande, o de regreso a las páginas del cómic, en donde todo nace. Más que establecer una época donde los superhéroes están por todos lados, Marvel parecería preguntarse por qué merecen estar, y Jessica Jones es una respuesta que, con el paso del tiempo, podría catapultarlos a transformarse en merecidos clásicos del drama.