Juegos Sádicos. El legado DeLarge

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Juegos Sádicos ( Funny Games)USA 2008

  • Dir: Michael Haneke
  • Reparto: Naomi Watts, Tim Roth, Michael  Pitt, Brady Corbet, Devon Gearhart

[rating:3.5/5]

Andar sobre los propios pasos, es lo que parece impulsar a Haneke a hacer una nueva versión de su propia película 10 años después.  Y la verdad es que se vale: en la era del remake ¿porqué no autohomenajearse uno mismo antes de que otro lo haga? Si ha llegado el momento de que la historia sea conocida por las nuevas generaciones, quizás seas adecuado que el propio autor se las cuente. Además Funny Games es uno de esos extraños casos en que la propuesta no necesita modificarse en esencia  porque sigue siendo válida, creíble y en este caso, aterrorizadora.

La trama trata de  una familia (Watts, Roth y Gearhart) recién llegada a su casa de veraneo, en lo que parece ser el inicio de unas plácidas vacaciones. La situación  se altera cuando  toca la puerta Peter, un joven aparentemente educado y cortés que dice estar de visita en casa de los vecinos. Pronto el asunto se complica  y la violencia inunda el ambiente con la llegada de un segundo muchacho,  para entre los dos, torturar física y sicológicamente a la aterrorizada familia.

Acción combinada con largas secuencias, donde hay espera y angustia pasiva, hacen la experiencia variada, llevando al espectador a una montaña rusa bien entendida y mejor transmitida. Los diálogos abiertos hacia el espectador te hacen sentir poco menos que voyeurista y poco más que cómplice. Aunque el detalle del control remoto, resulta tan singular que logra distraerte de la trama en un momento crucial.

Pero Haneke hace además de un nueva versión de su propia película, una lectura nueva del sicópata amable, que no es necesariamente resultado de la marginación,  la ignorancia, o la pobreza. Una maldad surgida de la nada, quizás de la naturaleza misma de quien encuentra en la tortura un único y particular modo de satisfacción.  Tan pertubardor resulta el paria marginado, como el chico que teniéndolo todo busca emociones tan pervertidas como extremas.

Los sicópatas, son dos chicos vestidos de blanco, con peinado formal, sin tatuajes ni lenguaje obsceno. La idea conduce directamente a Naranja Mecánica (Clockwork Orange). Es como si Alexander DeLarge nos visitara en pleno siglo XXI y nos dijera mirándonos a los ojos desde su cínica sonrisa torcida: Volveré y seré millones...

Y antes del balance, agradecemos a Universal la invitación a la función para la prensa, lo que nos permite reseñar la cinta antes de su estreno (el próximo 26 de septiembre) para nuestros lectores.

Lo bueno:

  • El adecuado balance de tensión, en un ambiente cerrado, que casi podría ser un montaje teatral
  • Es extraño y soprendente ver a Tim Roth como víctima.  La forma en que el personaje se va desarmando en pedacitos, es toda un cátedra de actuación.
  • El diálogo con el espectador. Una novedosa manera de hacerte cómplice.

Lo malo:

  • El asunto del control remoto. No sé si te gusta o no, lo que sí es que te distrae mucho. No sé... quizás no lo entendí.
  • El final parece muy predecible desde la mitad de la película.
  • El asunto del celular que parece un poco increible, estando en Estados Unidos y en pleno siglo XX, cuando hasta los niños traen uno ¿no?