Klip, la realidad de la juventud en toda su crudeza

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Klip es una historia que, de entrada, no da treguas. Jasna tiene quince años y vive con su madre en un barrio pobre de un pueblo de Serbia. Sus perspectivas de futuro se reducen a noches de discotecas, drogas y alcohol con sus amigas. El padre de Jasna vuelve a la casa familiar al serle diagnosticado una grave enfermedad, algo que parece no alterar la rutina de Jasna pero que le afecta más de lo que es capaz de expresar. Un dolor que parece atenuarse con la curiosa relación que inicia con Djole, un compañero de instituto, pero que en verdad le oprime todavía más.
La película tardó cuatro años en empezar su rodaje y solo el proceso de casting duró dos años. La actriz protagonista del film, Isidora Simijonovic, filmó escenas de alto contenido sexual y violencia extrema con tan solo catorce años.
Klip es una de las películas más duras de los últimos años. Es un Lukas Moodysson serbio sin compasión. Una película polémica por necesidad y de un realismo que hiere los ojos. Habla de la incomunicación entre padres e hijos. Critica el ambiente de extrema pobreza en el que viven, o sobreviven, millones de jóvenes que acaban siendo víctimas y verdugos de su propia desgracia.

Expone los cambios que han sufrido los adolescentes en su modo de expresarse y de relacionarse: el aplastante culto a la imagen, el auge de la tecnología y las dobles realides virtuales han alterado conceptos tan básicos como la educación, el derecho a la intimidad y los códigos de la fidelidad y la legalidad, a la vez que han destruido la inocencia propia de la infancia y la adolescencia. Propone un debate muy interesante sobre los yugos que se establecen entre hombres y mujeres ya en edades tempranas: la mujer se ha malacostumbrado a ser maltratada por el macho dominante y Clip filma una relación de amor virulento e imposible en el que el sujeto femenino actúa como concubina sumisa y mero objeto sexual. Uno sale de la sala con el cuerpo deshecho.

Klip tiene la espontaneidad, la libertad y el nervio de una gran ópera prima. En todo caso seguiremos su pista: Klip fue una de las grandes propuestas del 2013 y cuesta imaginar una obra reciente con su mismo grado de subversión y realismo. Es un tópico pero esta vez se cumple: es un film que o se ama o se odia. Indudablemente, está enclavada dentro del nuevo cine de crudeza sexual.