La antropomorfización

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Una abeja demasiado humana

Si bien los animales y los seres humanos pueden desarrollar lazos muy fuertes, es muy difícil que exista una empatía absoluta, a menos que se encuentren puntos en común. Eso ocurre incluso con las mascotas, pues los dueños inconscientemente encuentran rasgos "humanos" que les permiten identificarse con ellos, creando lazos muy fuertes. Eso lo han sabido también los creativos, que ha dado lugar a un fenómeno bastante interesado, que es la llamada antropomorfización.

Este término describe el proceso de dotar a los animales de características humanas, de modo que el público se sienta más identificado con el mismo. Sin embargo, a pesar de ser un concepto tan simple, tiene multitud de posibilidades, que van desde los animales que hablan y reaccionan de manera humana, pero que por lo demás siguen manteniendo su conducta, como la Dama y el Vagabundo, a seres humanos en todos los sentidos, pero con algún elemento o apariencia animal, como Mickey Mouse. En todos ellos hay algo que los distingue de un animal real, y que permite identificarlos como únicos.

Uno de los elementos interesantes de la antropomorfización, es la forma en que se rompen los límites entre una y otra conducta, al grado de resultar mezclas de ambas. Willie Coyote, por ejemplo, no usa ropa, y su fuente de alimentación es cazar correcaminos en el desierto. Sin embargo, puede tomar notas, usar calculadoras e, incluso, pedir mercancía por correo. De esa forma, se crea un concepto único, que lo hace ideal para el juego de comedia.

En algunos casos, sobre todo en la ciencia ficción, la antropomorfización puede ser más sútil, pero aún así tener un efecto muy interesante. En Star Wars, por ejemplo, los ewoks no son más que una antropomorfización de ardillas, a pesar de nunca manejarse como tal. De ese modo, sin embargo, el público acepta de forma natural su vida arborea y sus formas primitivas de vida.