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Varias cosas hay que comentar alrededor de esta nota. En orden, lo primero que hay que decir es que lo medios electrónicos están cambiando de manera importante la forma en que nos comunicamos y transmitimos cosas.
El cine y en general diversas expresiones artísticas han encontrado en la red un nuevo y accesible modo de difundirse, en el que prácticamente no existen límites, exceptuando los que representa la brecha digital en sí misma. Con el tiempo, la discusión rebasa los tópicos acerca de la censura, el control de los medios, la utilidad de los rumores en la vida cotidiana, la indiscriminada lluvia de información de todo tipo, para enfocarse a uno todavía más complejo e importante: ¿cómo se modifica el consumo cultural en la sociedad de la información, una vez que el arte deja de ser elitista y accesible para todos los que quieran apreciarlo? La respuesta está todavía en construcción, quizás es pronto para responderla, pero en el caso del cine, es un hecho que ahora hay acceso a cintas de culto, a cortos, documentales y trabajos variados con solo accesar con un click.
En este panorama, los cortos en línea constituyen un importante formato cinematográfico, altamente propicio para su difusión en la red. Una manera de contar una historia para un público que consume información a ritmos vertiginosos y que convierte tópicos mundanos en mensajes virales de un click a otro. Los festivales de cine en línea han encontrado en estos materiales la posibilidad de difundir el trabajo de cineastas diversos y de involucrar al público en el ejercicio de la crítica y la reflexión, una novedosa forma de quitarle el glamour al mundo del cine que se desarrollaba en buena medidad en ambientes elitistas no accesibles para el gran público.
Uno de estos festivales es el notodofilmfest un festival de cortos de habla hispana en línea que ya va en la novena edición. Cortos de animación, que cuentan una historia, o una especie de minidocumentales son una extensa muestra de la creatividad de cineastas que han encontrado en este medio la posibilidad de que sus trabajos se vean en todo el mundo.
Uno de ellos, presentado en 2010, es el que está al principio del post. Llamó mi atención por el nombre primero, por el tema, que tiene que ver con una historia de carne y hueso, y la tercera, porque los cometarios al calce hablaban de un plagio.El corto se titula "Llámame Parker" y lo dirige Peris Romano.
Resulta que el minidocumental se centra en la entrevista a un hombre que se gana la vida tomándose fotos con los paseantes vestido como el hombre araña, en una Plaza de Madrid. El personaje es verídico, y el testimonio también. Sin embargo, se dice que otro corto exhibido en el Festival Nikon (también de cortos en línea) presentó un trabajo similar. Se titula Je suis pierre, lamentablemente se presenta sin subtitulos, pero no es difìcil entender el propósito de el trabajo, además de que vale la pena verlo también.
[vimeo http://vimeo.com/17931457]
Pero la discusión continúa no sólo tratando de decidir quien copió a quien, sino que resulta que hay similitudes con un largometraje acerca de la vida de los Superhéroes callejeros que se ganan la vida tomándose fotos con los paseantes en Hollywood Boulevard. El trabajo se llama "Confesssions of a superhero" dirigida por Matt Ogens, y dado que es díficil que la proyecten en nuestro país, les comparto el trailer, que resulta bastante ilustrativo del carácter del trabajo.
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En suma: la inmediatez digital nos lleva a compartir ideas que son propias de la aldea global. No hay plagio propiamente dicho, porque cada personaje está contando su historia, es un testimonio diferente de gente que vive realidades distintas, aunque culturalmente parezcan hermanados en las figuras de los héroes que conocemos todos. De hecho, las historias son similiares, porque parten de una técnica de documental tetsimonial, que simplemente, tampoco es nueva.
De algún modo podría decirse que quizás lo que está dejando de resultar original o novedoso es tener acceso a los testimonios de personas de diversos tipos en la red, que estamos acostimbrándonos a que cualquiera cuente su historia, encontrando en ello que quizás no somo tan diferentes unos de otros.
Da mucho más para la reflexión, porque a fin de cuentas también habla de los empleos informales en el mundo globalizado, de las clases excluídas y sus estrategias de sobrevivencia. Y habla finalmente de que todos somos héroes, a veces de por vida, aunque tengamos con ello que contradecir a David Bowie.