La congruencia narrativa

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Promocional de Escape al Futuro

El cine, como muchas otras artes narrativas, tiene un fuerte sustento en la imaginación y la creatividad, pero como todas ellas, tiene reglas a las que debe de apegarse, para poder hacer la historia disfrutable. Una de esas reglas es la congruencia narrativa, que es primordial para que el espectador puede identificarse con la trama.

Uno de los recursos más usuales en estas disciplinas es la llamada licencia narrativa, en donde tomamos una situación ya existente, y la variamos de manera que nos permita contar una historia distinta. Esos casos los hemos visto en el cine en Time After Time o Shakespeare in Love, En donde vemos episodios de la vida de H.G. Wells o del Bardo de Straford que obviamente nunca ocurrieron en la realidad. Sin embargo, a pesar de que no tienen un rigor histórico total - De hecho, Wells nunca construyó la máquina del tiempo de su novela - se apegan a otras circunstancias históricas acordes, lo que les da verosimilitud. En Shakespeare Enamorado, por ejemplo, vemos un pasaje de su vida romántica que nunca existió, pero quien visita el teatro es la Reina Isabel, quien realmente gobernaba en ese entonces. Gracias a esos atisbos de realidad, es que la historia es capaz de correr de forma interesante.

Y la congruencia narrativa es indispensable en toda obra, incluso en las más fantasiosas. En el Señor de los Anillos, por ejemplo, podemos ver las criaturas más increíbles, y realizar actos mágicos impresionantes. Ahora, imaginen un segundo a Frodo llevando sus cosas en una bolsa de plástico, y digan si se podría asimilar.