La La Land y de cómo aprovechar la nostalgia

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En los últimos años hemos visto como la nostalgia se ha apoderado de los medios, tanto en series como en películas, pasando por la música y la literatura, hemos visto sobre todo como los años 80’ han vuelto a tomar forma en esta época, con mejores elementos tecnológicos, pero en esencia con las mismas ideas y formas de contar. Esto lo podemos evidenciar con seriados como Stranger Things o burlas a los clichés de esa época como Kung Fury (2015), en la música se puede evidenciar con lo famoso que se ha vuelto en synthwave, además de influenciar en sus sonidos a artistas como Bruno Mars en su último álbum, 24K Magic.

En La La Land, Damien Chazelle aprovecha muy bien esta nostalgia que reviste al mundo y hace una película ubicada en la época contemporánea pero que para los amantes del cine clásico y los musicales de los años 70’ y 80’, no va a ser una más,  ya que los hará viajar a esa época, no sólo por la forma de narrar, también por cómo se muestran las escenas musicales.

Nos cuenta como dos personajes: Sebastian Wilder (Ryan Gosling) y Mia Dolan (Emma Stone), dos personas totalmente desconocidas, con sueños totalmente contrarios, después de cruzarse varias veces sin poder interactuar a fondo, por fin logran hablar y notar que hay algo entre ellos, aunque al principio se nieguen rotundamente. Nos muestra la realidad, a veces de una forma muy fantasiosa, a veces de una forma muy cruda, pero al fin y al cabo, la realidad

Esta película fue escrita por el mismo director y fue producida por Summit Entertainment con la música de Justin Hurwitz. Ha tenido un recibimiento espectacular por parte de la crítica , tanto así que en los Critic’s Choice Awars, arrasó con muchos de los premios importantes, entre ellos, Mejor Película, Mejor Guión, Mejor Director, Mejor Cinematografía, entre otros; también barrió con la competencia y se llevó los siete premios a los que fueron nominados en The Golden Globes 2017.  Aquí van los puntos del porqué:

 

El Director

Me parece importante comenzar hablando de Damien Chazelle, ya que después de Whiplash había dejado la vara muy alta para él mismo y por lo menos a mí parecer, se superó. Aunque claro, con mucho más presupuesto para hacer esta película que la anterior, mientras con Whiplash tuvo solo 3 millones de dólares para hacer toda la película, con La La Land tuvo 30 millones, 10 veces más; se nota en la producción, en las locaciones y en cómo aprovecha cada una de ellas, además en el reparto tan grandioso que tiene, que ya hablaré de él más adelante.

No se queda con nada por contar, todo lo hace de manera esplendida, tiene el plus de ser también el guionista y disfruta cada momento de hacer una película escrita por él mismo, en pantalla se puede ver el amor con la que está hecha, además del claro homenaje al cine clásico y sus musicales.

 

Las escenas musicales

En un musical estas escenas se vuelven trascendentales, ya que pueden hacer de la película una muy grandiosa o un bodrio imposible de ver. Tengo que confesar que no soy muy entusiasta de este género dentro del cine, con Les Miserables (2012) apenas pude, porque nunca, jamás hablan dentro de la película; por otro lado, en La La Land, se disfruta mucho de estas escenas, ya que no llevan el peso de la historia sino que se vuelven una forma de enriquecerla, además es de los pocos musicales donde no en todas las secuencias de este índole tienen que cantar, sino que hay unas que son puramente instrumentales, como la escena anterior al final, que es simplemente magnifica y hace que toda la película valga la pena.

 

Los protagonistas

Antes de empezar a hablar de lleno de los dos protagonistas, tengo que felicitar a las directoras de casting  Deborah Aquila y Tricia Wood; el reparto y cómo encajan en sus personajes, es simplemente una cosa de locos, cada actor cuadra perfectamente con su personaje.

Ahora sí, hablemos de Gosling y Stone que hacen de Sebastian Wilder y Mia Dolan respectivamente: como dije anteriormente, calzan perfectamente con los personajes que hacen, no me imagino a otros actores haciendo estos papeles, además de la química que hay en pantalla entre ellos, es algo que atrapa.

Hablemos primero de Gosling, que para mí es uno de los mejores actores de la última década, en películas como Drive, The Big Short y Blue Valentine lo demuestra, también tiene sobre sus hombros traer la continuación de Blade Runner (Blade Runner 2049) siendo el protagonista, un peso que no muchos actores pudieran soportar. Haciendo de Sebastian Wilder—un pianista de jazz que quiere revivir ese género dentro de la ciudad donde vive—, saca todos sus dotes como actor, muestra las muchas caras que un personaje a lo largo de cumplir sus sueños puede llegar a sacar, y lo hace muy bien, nos hace quererlo, nos hace participes de sus sueños, también nos hace vibrar con su pasión por el jazz y eso es algo que no todos logran.

Ahora Stone, que cada vez se hace un hueco más y más grande dentro de las mejores actrices del cine, y lo ha rectificado con películas como Irrational ManThe Help, Birdman, entre otras. Interpretando a Mia Dolan—una cajera que trabaja en una cafetería que queda adentro de los estudios de una productora de cine muy conocida—su mayor sueño es ser actriz, pero falla muchas veces en las audiciones. Nos demuestra que no solo es una cara bonita, sino una actriz con muchas facetas por mostrar; hay una escena musical donde sólo está ella contando su historia, es una que nos hace vibrar, nos pone la piel de gallina y los ojos lagrimosos, prácticamente nos habla a la cara, nos hace viajar con el personaje dentro de la pantalla y lograr eso, me parece un mérito enorme.

 

El reparto

Ya hablamos de los protagonistas, ahora hablemos del resto de actores que hacen parte de la historia de Dolan y Wilder; quienes los apoyan o los desvían del camino, pero que a fin de cuentas enriquecen la historia de los dos personajes principales.

En el camino hay muchas oportunidades o muchas piedras que nos harán tropezar en esta historia, aunque los personajes secundarios no aparezcan mucho,  debido a que la fuerza de la misma lo llevan los dos protagonistas, sí se hace importante las decisiones que los hacen tomar. Actores como J.K Simmons, John Legend, Rosemarie DeWitt, entre otros, hacen que la película sea interesante de ver, solo por verlos a ellos y como van cambiando la vida de nuestros personajes principales, además la química entre todos los actores en pantalla, es algo que todavía me deslumbra y me impresiona, vale mucho la pena verlos en acción.

Es una película que tiene muchas facetas, con una historia muy interesante donde nos hace volver a creer, nos alienta a luchar por nuestros sueños, los hará reír, llorar, emocionarse, enamorarse, pero sobre todo la disfrutarán, porque eso sí, nadie se quedará dormido cuando empiecen a cantar.