La libertad de expresión. El regreso de Carmen Aristegui

| |

 

 Las últimas semanas se ha hablado mucho de lo que parece ser el inminente regreso de Carmen Aristegui, periodista y comunicadora que goza de un muy envidiado y nada despreciable nivel de credibilidad por parte del público.  Yo recuerdo por ahí una encuesta publicada por la Jornada, donde Aristegui barría en niveles de credibilidad a todos los comunicadores televisivos, pasando encima incluso de propio Gutiérrez Vivó, quien se defendía bien, pero no lo suficiente para alcanzarla.

Multivisión es la empresa que parece haber entendido que el enorme hueco dejado en radio por la periodista no podía más que suplirse con ella misma. Es por eso que decide transformar el 102.5  de FM - La mejor, se llamaba la estación- frecuencia dedicada a música grupera y transimitir solamente musica ochentera en lo que preparan el terreno para el regreso de la Aristegui.

El caso es que todo este asunto da para muchas reflexiones acerca de la relidad de la libertad de expresión en nuestro país, y los elementos que hacen posible que un determinado personaje goce de un nivel de credibilidad tan alto. Una audiencia madura no debería depender más que de su propio criterio para  saber si la información que recibe le es útil para entender la realidad que vive. En México, al parecer, eso nunca ha existido. Siempre ha habido gurús de la comunicación tanto en radio como en televisión, cuyo dicho es -para muchos- la verdad absoluta.

Y sin ánimo de comparar una cosa con la otra, es de llamar la atención la inquietud con la que se espera que Aristegui vuelva a los micrófonos, como si fuera una victoria más de la libertad de expresión. En un país donde hay campañas para que dejen de matar a periodistas y comunicadores - como la impulsada por Artículo XIX-  es triste que eso no sea tan importante para la opinión pública, como el saber que la señora Aristegui tiene trabajo de nuevo.

Y es que en honor a la verdad, Carmen Aristegui habrá sido despedida de manera injusta por W radio, pero nunca ha sido perseguida, encarcelada, ni amenazada por decir las cosas que dice. Tan es así que está contratada hasta la fecha en CNN sin que se censure su trabajo ni se le obligue a entrevistar - o dejar de entrevistar- a nadie.

Es así que la escucharemos nuevamente por las mañanas, en un gran acierto de MVS que no sabrá que hacer con tantos anunciantes interesados en comprar espacios en su noticiero. Y es que para muchos, credibilidad es igual a prestigio y calidad, pero para otros sólo es sinónimo de negocio. W Radio es probable que lo haya entendido tarde, Radio Red no lo comprendió del todo y MVS está tratando de enderezar el camino. Nunca es demasiado tarde, dicen....