Unas de las noticias que más han dado la vuelta en el medio cinematográfico, es que el nuevo 007 es una mujer de color. Para muchos de sus fan más fieles, ésto se ha visto como el fin de la franquicia, pues se ha interpretado como una substitución del conocido agente por un caracter totalmente nuevo. Sin embargo, si analizamos un poco el planteamiento original del personaje, la línea que ha seguido la trama, y sobre todo los recursos narrativos, lo más posible es que sólo sea una situación temporal.
Si recordamos el final de Espectre, James Bond se retiraba oficialmente del MI6, lo que indicaba que su lugar estaría disponible, y por más notable que haya sido su carrera, en los Servicios Secretos no hay lugar para romanticismos, así que era claro que iba a ser subsituido.
Desde las mismas novelas, se marcó que el 00 era una especie de rango, fuera del escalafón orginario, y que implicaba que quien lo tuviera podía matar si lo consideraba necesario. Por ello, cualquiera podría tener esta denominación, y la terminación únicamente era una identifiación, dependiendo de cual estuviera disponible.
Es más que notorio que Nomi es un recurso narrativo: Bond vuelve al Servicio para encontrar que su lugar está ocupado, lo cual agrega un elemento que hace más atractiva la historia. Si bien no sabemos actualmente en que forma, lo más probable es que al final de la cinta, Bond vuelva a recuperar su número.
Por lo pronto, no podemos adelantar nada, hasta que se sepa la trama de la cinta 26, por lo que por lo pronto, sólo nos queda esperar, y relajarnos. Hollywood seguramente no eliminará a una de sus franquicias más importantes sólo por un "experimento".