En esta época, las secuelas son ya parte importante de la cinematografía, y son ya prácticamente un hábito cuando alguna cinta es especialmente exitosa. Sin embargo, como en todo, debió de haber una primera vez, y en este caso, fue con un caso bastante particular.
Birth of a Nation es sin duda la obra maestra de D. W. Griffith, quien la lanzara en 1915 como su propia visión de parte de la historia de EU. Aunque considerada una obra maestra, prácticamente desde esos primeros años, en donde el racismo era aún habitual, como demasiado controvertida. Los negros en general eran vistos como agresivos, oportunistas y holgazanes, mientras que los héroes de la cinta eran los miembros del Ku Klux Klan. Pero a pesar de ello, o quizá debido a lo mismo, fue uno de los primeros grandes éxitos de taquilla.
Ante ello, y para tratar de limpiar un poco la imagen negativa de la cinta, Thomas Dixon Jr. filmaría en 1916 The Fall of a Nation, que ofrecía una visión del futuro en donde, si bien no se tocaba la cuestión negra, seguía dando una visión heroica exclusiva de los blancos. A pesar de ser un éxito notable, no llegó al nivel de su antecesora, por lo que se le enlató a las pocas semanas de ser proyectada. Posteriormente, la única copia existente desaparecería, por lo que sólo se conservan algunas partes sueltas de la misma, por lo que se desconoce su producción completa.