Una parte muy importante de las relaciones amorosas dentro de una historia, o incluso dentro de las parejas no románticas, es la llamada química, que es una manera informal de describir la dinámica emocional y de interacción entre ambos personajes. Sin embargo, esta situación no es exclusiva de aquellas duplas que se llevan bien, sino que hay una mucho más importante, que es la de protegonist-antagonista.
Un elemento infaltable en estas circunstancias es una motivación para ambas partes. El antagonista no sólo debe de tener una razón para actuar como lo hace, sino que el protagonista tiene también que tener una. Si bien la rivalidad directa es la más simple, no tiene que ser la única. Muchas veces los dos tratan de hacer algún bien o lograr un objetivo común, pero cada uno tiene su propia visión de como hacerlo. De hecho, es muy importante recordar que rara vez el villano se ve como tal, y por ello, sus actos tienen una justificación, incluso aunque esta sea un auto-engaño por parte del antagonista.
Como un ejercicio de apreciación cinematográfica, elige algún villano memorable, y analiza la dinámica que tiene con su antagonista, y qué la hace atractiva. Lo que seguramente encontrarás será de bastante interés.