La resurrección de Jake "The Snake" Roberts — Los luchadores también lloran

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La resurrección de Jake the Snake es el título del documental estadounidense producido por el exluchador profesional Diamond Dallas Page y dirigido por el documentalista Steve Yu. Se estrenó en el festival de cine alternativo The Slamdance de 2015. Steve Yu es también el realizador de INSPIRED: The Movie, documental motivacional que trata sobre pacientes con obesidad en su proceso para perder peso.

 

 

A lo largo de los 98 minutos que dura el documental, seremos testigos del proceso de rehabilitación del exluchador de la WWE, Jake “The Snake” Roberts, en manos de su amigo e instructor, Diamond Dallas Page. Veremos la condición deplorable en que Page lo encontró y cómo le convenció para aceptar seguir un plan para recuperar su condición física y enfrentar su adicción al alcohol.

Tanto si conoces la biografía de Roberts como si eres sólo un espectador ocasional, encontraras elementos tan comunes al drama humano que te será fácil reconocerte y sentir empatía por el protagonista, ya que todos en algún momento hemos sentido el rechazo y la frustración, la motivación para cambiar y la necesidad de hacerlo.

La película no tiene desperdicio. Escenas que se quedan como representación de momentos coyunturales, tales como su lucha en Lakewood Ohio en septiembre de 2008, donde vemos a The Snake con sobrepeso, ebrio y sin resto alguno de dignidad. O esa otra donde la cámara se llena con el relato de The Snake hablando de su infancia y del maltrato con que su padre y madrastra le marcaron para siempre. Una línea sobresale como si se tratara de un mantra que Roberts se repetiría hasta su vida adulta: “Eres un cobarde. Me avergüenzo de ti y nunca llegarás a ser nada”.

Más adelante, el hombre en reparación al lado de su hija descubre en la pantalla de una computadora el cariño y admiración que aún le tienen sus seguidores, expresado en $7000 dólares para su cirugía de hombro. El progreso de Jake le permite convertirse en promotor del estilo de vida que aprende bajo la dirección de Page e invita al también adicto y exluchador Scott Hall a sumarse al reto de reinventarse.

El documental no es, sin embargo, una película de corte meramente motivacional. No vas a encontrar una secuencia adornada con música de fondo en los que el personaje principal realiza ejercicio y al final termina con los brazos en alto en señal de victoria. Las tomas son cerradas y con acercamientos que capturan momentos conmovedores, pero auténticos, creíbles. Que exista credibilidad no significa que esté ausente la sorpresa: ver a éstos hombres enormes e intimidantes aceptando con humildad y lágrimas en los ojos que necesitan de los demás, que son afectados por las críticas, puede dejarte atónito.

En el proceso de rehabilitación hay recaídas, pero vemos a Snake decidido a recuperarse. Pide perdón cuando es preciso para poder continuar aceptando la ayuda de amigos y familiares que se han unido poco a poco a la cruzada de Page. Los momentos débiles del documental son pocos, pero aun así rescatables. Muy al estilo norteamericano, debemos observar la redención del hombre representada en su inducción al Salón de la Fama de WWE. El final de melodrama se disculpa, no obstante, porque a pesar del tono sensiblero hemos presenciado la historia real de uno de los grandes, del único que pudo obligar al público a guardar silencio para poder escucharle. La resurrección de Jake the Snake es un documental que no te debes perder.