Está prácticamente terminando el mes de noviembre, y con ello, arranca una de las temporadas más particulares de la industria cinematográfica, que es el periodo navideño, que se refleja desde las productoras a las mismas salas. ¿Cuál es todo este cambio que implican estos días? Es lo que nos lanzaremos a averiguar.
De entrada, es un momento en que prácticamente toda la familia tiene días libres, algo que no pasa en el verano, y en que además no sólo tienen dinero, sino que están dispuestos a gastarlo. Por ello, es cuando los lanzamientos de películas familiares son más frecuentes, aunque otra corriente muy usual son las cintas para público mayor con un corte emocional, especialmente los dramas familiares en donde abundan los desencuentros y los malentendidos, pero que al final terminan bien.
Estas cintas son tan recurrentes, que incluso algunos críticos les han dado su propio nombre, los Christmas miracles.
Durante muchos años, era frecuente que las cintas más estrenadas fueran sobre temáticas abiertamente navideñas, por lo que las historias de Santa Claus son muy abundantes. Si bien esta línea se conserva, ya no es tan recurrente, e incluso llega a haber en cartelera una o dos de otros géneros, para mantener la atención de parejas recién casadas o grupos de amigos.
Lo cierto es que, de una u otra forma, la Navidad llega a todos lados, incluída la pantalla.