Si bien por un lado es indudable, que, a pesar de todas las criticas recibidas, el cine de superhéroes le inyectó a Hollywood una gran cantidad de energía, que lo levantó bastante, lo cierto es que este género existía prácticamente desde los años cincuentas, pero fue hasta finales de los noventas que realmente tomo fuerzas, para alcanzar su punto álgido en la actualidad.
A pesar de ello, lo cierto es que cuando arrancó, este estilo tenía una serie de objetivos bastante ambiciosos, que muchos aseguran que se están cumpliendo en la actualidad. Para verificar ello, un servidor hizo una serie de preguntas entre espectadores que no eran aficionados a las historietas, y los resultados parecen desmentir esas premisas.
De entrada, muchos de ellos aseguraron que, a pesar de que disfrutaron la cinta, realmente no lograron identificarse con los personajes. Incluso, muchos de los que recordaban a Batman por los dibujos animados, sintieron la versión de Nolan demasiado agresiva para lo que ellos sabían del personaje.
Prácticamente todos se sentían excluidos de la trama, pues era evidente que existían una serie de detalles que sólo el fan conoce, y que no sólo hace más divertidos ciertos momentos, sino que los hacía perder el hilo en ciertos momentos. Por ejemplo, hubo quien mencionó que nunca supo porqué el que la escena final de Spiderman fuera sobre un puente era tan importante para su acompañante.
Y por último, y que era la esperanza de muchos aficionados, sólo una persona aseguró que, después de ver la película, tuvo curiosidad por leer un cómic del personaje, pero que en lugar de aclararle la historia, como pensaba, lo complicó mucho más, pues tan sólo al leer el primero se encontraba con nombres y situaciones que todos daban por hecho, y que no entendían.
Así que, por más que los grandes aficionados esperaran otra cosa, desafortunadamente no son el "material de evangelización" que esperaban que se convirtieran, y seguirán siendo un material para una cierta élite de seguidores de este temática.