
Todos hemos oído alguna vez de como cierta película será retrasada en su lanzamiento para "coincidir con una mejor temporada", o las listas de los estrenos de verano. En realidad, existe una cierta lógica para decidir los lanzamientos de ciertas cintas, que si bien no son siempre precisas, tratan de seguirse lo más posible. Esto es elegido de acuerdo a los posibles públicos que están más disponibles para ver un determinado tipo de cintas. Usualmente, se distribuyen de la siguiente forma.
Los meses de febrero o marzo se destinan a los reestrenos de las cintas que resultaron exitosas - aunque no necesariamente premiadas - en los festivales, o los premios Oscar. Si bien casi todas ellas fueron estrenadas un año antes, es usualmente un momento con una taquilla excelente.
Mayo y junio son conocidos como los "meses blockbusters", donde se lanzan las cintas más esperadas, en especial las de acción o corte familiar. Al coincidir con los periodos vacacionales, es un momento excelente para asegurar altas entradas de taquilla.
Agosto y septiembre es otro periodo de estrenos fuertes, pero usualmente se destinan a las cintas más adultas, o las de temas más profundos. Al comenzar los días en que el periodo de obscuridad es algo más largo, hay más posibilidades de que los padres o parejas solas puedan salir al cine.
Diciembre y enero son los mejores para las cintas infantiles, pues la temporada navideña es muy acorde a ello, e incluso es más factible que un adulto vaya a verlas, imbuido por el espíritu de las fechas.
Las llamadas "holiday movies" son un caso especial, pues ahí se aprovecha una temporada específica para su lanzamiento. Dentro de esa lógica, las cintas con temática patriótica se lanzan cercanos al 4 de julio; las de terror para halloween, y las navideñas para esa misma fecha.
Como dijimos, no son fechas exactas. En ciertas ocasiones, pueden variar debido a circunstancias específicas, pero usualmente esta lógica siempre se conserva.