Last Chance U presenta el trágico, alegre y difícil juego de la vida

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Antes de que el fantasy football atrapara a una generación, la NFL ya parecía una fábrica de sueños. Sobre todo para una parte de sus legendarios jugadores, en retrospectiva. Jerry Rice. Michael Irvin. Deion Sanders. Cris Carter. Hay elementos comunes al revisar la trayectoria de aquellos hombres, y de muchos más: Historias y condiciones difíciles, sueños y ambiciones, tropiezos, redención, y un gran camino desde las fantasías deportivas en los barrios marginados, a las realidades de - literalmente - la liga mayor.

DJ Law, uno de los exitosos - y a la vez, frustrados - jugadores de Missisipi
DJ Law, uno de los exitosos - y a la vez, frustrados - jugadores de Missisipi

Last Chance U, de Netflix, explora un paso en ese camino. Un punto medio entre el deporte de secundaria y la carrera universitaria que, con suerte, deposita a algunos en la NFL. Un limbo para los casi-perfectos, según una serie de estándares difíciles de comprender, pero firmes en su invisible presencia. Una fábrica de segundas oportunidades, donde el entrenador Buddy Stephens hace del padre, y la Sra. Brittany Wagner, de la madre. En realidad, ambos son entrenadores para los jugadores/estudiantes que transitan la Universidad del Este de Misisipi. Stephens en el campo de futbol, antes, durante y después de los partidos que podrían conducirlos a un campeonato mundial (marcando la cuarta vez que la organización logra el título bajo su dirección), y Wagner en el indispensable esfuerzo académico que los jugadores necesitan para avanzar a una mejor carrera, aunque suela encontrar más oposición que optimismo en aquel aspecto. Para los conocedores de ambas obras, Last U podría ser una fusión de Hard Knocks y Hoop Dreams. Para los que no, la serie transmite temas muy similares (si no directamente iguales): El deporte como una metáfora, y a veces reflejo, de la gloria, la frustración, y la duda que conlleva la existencia humana, en un grupo social implícitamente preparado para el rechazo.

El entrenador Buddy Stephens
El entrenador Buddy Stephens

Durante 6 horas, Last Chance U sigue a un grupo de jóvenes unidos por el talento y las situaciones desafortunadas. Y aunque la tradición ganadora del equipo de futbol es suficiente para que den lo mejor de si, lo mismo no ocurre en las aulas. Las tareas, los ensayos y los exámenes valen mucho menos que los touchdowns para una gran cantidad de jugadores, y más aún para los que podrían tener un futuro profesional. Una vez que la ansiedad académica en la vida de algunos jugadores se reduce, la ironía de su condición da para reflexionar: ¿Cómo es posible que los mejores atletas tampoco sean los mejores estudiantes? ¿Es parte de un intento de auto-sabotaje, consecuencia de un pasado traumático? ¿Una falta irracional de prioridades? ¿O más evidencia de la grande y lenta putrefacción de un sistema educativo? Esa es la clase de preguntas que la Sra. Wagner enfrenta casi todos los días frente a sus estudiantes, y sin quitarle valor a la parte deportiva de la serie, ella podría ser el personaje más interesante de Last Chance U.

En más de una escena, Last Chance U explora, sin pudor, las dificulates de la vida dentro y fuera del campo de futbol
En más de una escena, Last Chance U explora, sin pudor, las dificulates de la vida dentro y fuera del campo de futbol

Para los fans de la NFL, la serie demuestra (por enésima vez) lo difícil que es el deporte. Pero hacia afuera, demuestra la amenazante complejidad con la que se realizan los sueños. Es muy cómodo observar a grandes jugadores (o personajes históricos, rock stars o empresarios) y enfocarse en la parte sencilla de su existencia: el éxito, el dinero, el renacimiento de alguien marginado en un nuevo sector social. Pero el camino y la incertidumbre que lleva de un lugar al otro puede molestar, al convertirse en un reflejo del propio espectador. Para lograr algo se trabaja, y Last Chance U, aún bajo el tema concreto y elitista que narra, es una clase magistral sobre el valor, el miedo, y el triunfo de un trabajo real.