Los 8 Más Odiados: (C) Tarantino

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Al igual que Star WarsQuentin Tarantino es una experiencia. Quizás no de escala comparable al imperio de Lucas/Disney, pero una experiencia aún así. La campaña publicitaria de Los 8 Más Odiados lo sugiere: es la película #8 del cineasta, que ha anunciado desde antes su intención de retirarse tras tener 10 cintas. Fue registrada y proyectada en un material que quizás no exista dentro de 10 años, y lucha por sobrevivir actualmente. En algunas ciudades de Estados Unidos, es un poco más larga, para incluir una obertura y un intermedio. El elenco es una mezcla de lo conocido (Samuel L. JacksonMichael Madsen y Tim Roth) con lo nuevo (Kurt RussellJennifer Jason LeighWalton GogginsDemián BichirJames Parks y Bruce Dern) Y se pueden esperar las ya tradicionales balaceras y referencias sexo-raciales. Ofendidos habrá siempre, y los que entiendan el humor, también.

Kurt Russell y Samuel L. Jackson en Los 8 más Odiados
Kurt Russell y Samuel L. Jackson en Los 8 más Odiados

Tarantino es un cineasta que provoca expectativas. Y al mismo tiempo, es un explorador, quizás como deberían ser todos los cineastas. Comparar el avance de su obra al salto cuántico de su relativo contemporáneo Paul Thomas Anderson (véase de Punch Drunk Love a Petróleo Sangriento, o, francamente, véase por completo la breve y fascinante obra de aquel cineasta) podría ser una exageración, pero Django sin Cadenas no es Pulp Fiction, y precisamente, no tiene por qué serlo. Siempre habrá un sector del público que se escandalice con los “comentarios racistas” o “inapropiados” de su cine, pero en el caso de Django, son claramente un retrato histórico, y con absoluta justificación. Si, el personaje de Leonardo DiCaprio es detestable, porque las personas de su época lo eran.

Jennifer Jason Leigh en Los 8 más Odiados
Jennifer Jason Leigh en Los 8 más Odiados

Si, lo que le ocurre a la mujer de Django es espantoso, porque así trataban a las mujeres y a los afro-americanos, en aquel momentoLos 8 Más Odiados sigue este patrón, a un nivel temático y rítmico. El baño de sangre llega, y es - para los que entienden a cierto cine como ficción y no se ofenden en automático - digno de un homenaje a John Woo (y quizás así fue planteado) Pero lo que lo precede es igual de interesante: Tarantino como un cineasta curioso, antes de un cineasta más “tradicional” en su propio mundo.

Tim Roth y Walton Goggins en Los 8 más Odiados
Tim Roth y Walton Goggins en Los 8 más Odiados

Podría decirse que la cinta incluso separa ambos factores de una forma muy organizada, iniciando con una diligencia que se detiene en mitad de una fuerte tormenta de nieve: enfrente está el Mayor Marquis Warren (Jackson), deseoso de llevar sus presas como cazador de recompensas a Red Rock. Como si el destino existiera, uno de los pasajeros en la diligencia John Ruth (Russell) también va a Redrock, deseoso de colgar a la maleante Daisy Domergue (Leigh). Además, ambos hombres se habían conocido en la Guerra Civil. Así que, después de numerosas referencias a la palabra “negro”, que, 1) tiene perfecto sentido al considerar el contexto histórico de la cinta, 2) debería ser vista, dijo Jackson en una reciente entrevista, como un elemento más de una película, y 3) es entretenida, porque todo lo que hace Jackson con Tarantino es entretenido, Warren se une a Ruth y Domergue.

Michael Madsen en Los 8 más Odiados
Michael Madsen en Los 8 más Odiados

En la siguiente parada, los maleantes se encuentran con la representación más cercana de la ley: el futuro sheriff de Red Rock, Chris Mannix (Goggins). Lo siguiente es un ejemplo del lado más “explorador” de Tarantino, incluso un lado realista: Los tres hombres participan en una tensión consecuente del contexto histórico que los rodea: Warren es un ex-esclavo de la guerra civil, transformado en militar que se encargó de masacrar a su enemigo. Pero según personaje sheriff, eso no es todo lo que hizo. La identidad de Warren es un misterio que se resuelve en el transcurso de la trama, y a la vez una presentación de la Guerra Civil - o cualquier guerra - como un evento complejo. De todos los cineastas en el terreno estadounidense, Tarantino logra con esta cinta (y Django) otro enfoque de la Guerra Civil, alejado de la narrativa pro-sur que rodea a clásicos del medio como El Nacimiento de una Nación o Lo que el Viento se Llevó.

Demián Bichir en Los 8 más Odiados
Demián Bichir en Los 8 más Odiados

Pero Los 8 más Odiados es también una cinta de género, y la “segunda mitad” de la historia se encarga de hacer homenaje a los elementos clásicos del western: Una vez que Warren, Ruth y Mannix llegan a una posada en espera de que acabe la tormenta, el resto del elenco es desvelado, y la historia se convierte en un misterio. No hay masajes en los pies, ni negros muertos en el asiento trasero del auto, ni orejas ni twist ni katanas. Hay tensión y paciencia (que, más adelante, resultan ser un componente central de la historia), que funcionan como homenaje a la obra de Sergio Leone, y ejemplo de Tarantino buscando algo nuevo, propio, lejos de la expectativa que ha colaborado en la creación de su leyenda. Los 8 más Odiadospropone una doble identidad a su realizador, responsable de una franquicia y una especie de copyright en cada una de sus películas, pero también un cineasta en búsqueda de la novedad. Si Tarantino piensa hacer sus últimas dos cintas bajo el mismo principio, sólo ayudará a que el mundo preste más - y merecida - atención, entre las risas, los insultos, las referencias al séptimo arte, y el ocasional silencio.

https://www.youtube.com/watch?v=gnRbXn4-Yis

Manuel Cruz

@cruzderivas