Actualmente, los créditos son parte importante de la producción cinematográfica, aunque como todo en la historia de este medio, ha cambiado notablemente desde su inicio hasta la actualidad.
En los primeros años, los créditos incluían exclusivamente los actores principales, el director, el escritor y el productor, mientras que la parte final incluía sólo el elenco en detalle. Generalmente, los aspectos técnicos eran excluidos, pues se consideraba que no era del interés de los espectadores.
A finales de los cincuentas, se comenzó a incluir algunos créditos técnicos, surgiendo la costumbre de dejar los créditos finales para este aspecto en particular. Generalmente, se incluían sólo los directores de cada equipo, mientras que aspectos como nómina, asistencia médica y otros, eran ignorados.
El gran cambio se dio en la década de los sesentas, y por motivos muy diferentes a lo que esperaríamos. En esos años, los sindicatos comenzaron a tener fuerza en todos los niveles, por lo que los trabajadores comenzaron a solicitar que todos los nombres fueran incluidos, lo que le dio el aspecto que tienen actualmente.
Mientras que los créditos finales suelen seguir un esquema muy predecible, los iniciales son más flexibles. En algunos casos, se realiza el llamado arranque en frío, abriendo con una secuencia para después correr los mismos, aunque hay algunos casos que éstos se ignoran completamente. De hecho, no es raro el caso de que las primeras acciones de la cinta inicien mientras los créditos siguen apareciendo.
A pesar de la poca atención que muchos le ponen, los créditos son una parte muy importante del proceso cinematográfico, y no conviene olvidarlo.