Los directores nominados a los Oscar a Mejor Película Extranjera envían un mensaje de preocupación por Donald Trump

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Khaled Khateeb, el director de fotografía del cortometraje documental nominado a los premios de la Academia The White Helmets, no ha podido entrar en Estados Unidos cuando fue detenido por el Departamento de Seguridad Nacional al comprobar que es un ciudadano de Siria, uno de los países incluidos en la prohibición de Donald Trump.

Para mostrar su preocupación, el director Asghar Farhadi, que estos días ha confirmado que no asistirá al evento, junto a otros cineastas nominados a los premios como Maren Ade (Toni Erdmann), Hannes Holm (A Man Called Ove), Martin Zandvliet (Land of Mine) y la pareja Bentley Dean y Martin Butler (Tanna) han enviado un mensaje.

En representación de toso los nominados, nos gustaría expresar nuestro rechazo más unánime al clima de fanatismo y nacionalismo que vemos en Estados Unidos y en otros países, tanto en parte de la población, como, y esto es lo más desafortunado de todo, entre líderes políticos. El miedo generado para dividirnos según nuestro género, color, religión y sexualidad es una vía para justificar la violencia que destruye aquello de lo que dependemos -no solamente como artistas, también como seres humanos-: La diversidad de culturas, la oportunidad de enriquecernos con elementos extranjeros y la creencia de que los encuentros entre seres humanos nos hacen mejores. Los muros evitan que la gente pueda experimental algo sencillo pero fundamental: descubrir que no somos tan distintos. Nosotros nos preguntamos ¿Qué cine hacemos? Y aunque no queremos sobredimensionar el poder del cine, creemos que no hay ningún medio que nos sumerja tanto en las circunstancias de otras gentes y transforme nuestros sentimientos en curiosidad, empatía y compasión, incluso para con aquellos que nos han enseñado que son nuestros enemigos. Independientemente de quién gane el premio de la Academia a la Mejor película de habla no inglesa, nos negamos a pensarlo en términos de fronteras. Creemos que no hay un mejor país, un mejor género, una mejor religión o un mejor color de piel. Queremos que este premio simbolice la unión entre países y la libertad del arte. Los derechos humanos no son algo que haya que pedir. Es tan sencillo como que existen para todo el mundo. Por este motivo, queremos dedicarle el premio a toda la gente, artistas, periodistas y activistas que están trabajando por la libertad de expresión y la dignidad humana, valores que ahora más que nunca es necesario proteger. Les dedicamos el Oscar a ellos y queremos expresarles nuestro profundo respeto y solidaridad.