Los lenguajes ficticios

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Así como el usar lenguajes extranjeros puede ser un problema dentro de las películas, el toparse con idiomas totalmente inexistentes puede llegar a ser un dolor de cabeza, pues si bien el no tener ninguna base real permite un enorme nivel de creatividad, es necesario también darle una cierta coherencia, para que no se note como si fueran simples palabras al azar.

En la literatura, así como en los primeros años del cine, las soluciones para este problema eran muchas. En algunos casos, bastaba sólo crear algunas palabras de la lengua en cuestión, que se intercalaban en la conversación, para darle el sabor extraño. Ese fue el caso del mangani, idioma hablado por Tarzán en los libros de Burroughs, y posteriormente en las mismas películas. En El Día que Paralizaron la Tierra, por ejemplo, la frase Klaatu barada nikto era la única que se utilizó en idioma extraterrestre, y que fue suficiente para darle el sabor extraterrestre. Una anécdota interesante es que, en algunas cintas clase B, se utilizó el navajo para simular lenguajes extraterrestres, por su complejidad y su poco uso fuera de sus tribus. En Mars Attack, por otro lado, el lenguaje de los extraterrestres consistía en sólo dos sonidos, que variaba en cuanto a entonación e inflexiones.

En algunos casos, algunos autores han ido más allá, creando lenguajes completos, con gramática y estructura completa. Uno de los primeros en realizar esta labor fu Tolkien, que diseñara no sólo sus propios idiomas, sino hasta un alfabeto. Star Trek, por otro lado, creó el lenguaje klingon, que muchos fans de la serie utilizan para como una forma personal de comunicación. En Star Wars, por otro lado, se combinaron varios estilos, pues en algunos casos, ciertas lenguas son sólo un par de palabras creadas ex profeso, mientras otras son sólo sonidos inentendibles. Pero, para aquellos que requerían más uso, se diseñaron con gramática y pronunciación, e incluso a algunos se les dotó de acentos regionales.

Otro caso en especial son los modismos, creados en base a idiomas existentes, pero copiando la "evolución" de los mismos, ya sea por cuestiones de tiempo, o de efectos sociales. En esos caso está el Nadsat de Naranja Mecánica, la neo-lengua de 1984, o el lenguaje juvenil usado en Batman Beyond.